Porque he vivido aferrándome trabajosamente a este mundo, y ahora, a la menor ráfaga de viento, igual que una muda de insecto que cuelga de la rama de un árbol, podría salir volando y perderme para siempre
Haruki Murakami

No nos damos cuenta. El estrés se ha convertido en una parte tan habitual de nuestra vida que a menudo no lo reconocemos. Saber cuándo necesitamos descanso se convierte en algo esencial para nuestra salud.

Hay algunas señales que nos pueden indicar que estamos en el camino del agotamiento emocional, de estar exhaustos.

Nos sentimos desmotivados, parece que nada nos anima, todo se nos hace cuesta arriba incluso aquello que nos resultaba más atractivo, vas apasionante, ya no lo es.

Lo malo es que cuando esto ocurre, nos vemos impulsados a intentar seguir adelante y literalmente “echarle mas horas” -que, inevitablemente, no cunden-. Consiguiendo el efecto contrario. Nos cansamos más. Nos aburrimos más. Y perdemos el poco interés que podríamos tener.

Cuando estamos mentalmente exhaustos, experimentamos todo de una forma mucho más intensa. En cualquier otro momento un comentario o una broma simplemente la ignorábamos o nos reíamos con ella. Ahora nos preocupa, nos hace sentir mal. Este es otro indicador de asa necesidad de descanso que tenemos.

Junto con estos señales vienen también frecuentes ataques de ansiedad, dificultad para dormir, irritabilidad permanente, incluso mareos. Aunque puede resultar muy difícil identificarlo, cuando esto ocurra durante un tiempo prolongado, debemos hacer lo contrario lo que podríamos pensar.

Es el momento de tomarte unos días libres, de descansar, de vaciar tu agenda y dedicar tiempo a relajarte. Si en este tiempo no lo consigues, quizás debes tomar la decisión de acudir a un profesional de la psicología.

Tu salud mental está en juego.

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