Típica frase del principio de año, en el cual miramos hacia atrás queriendo pensar que podremos hacerlo mejor el año que viene. No es malo que lo hagamos, pero corremos el serio peligro de quedarnos en eso, en propósitos.
El cambio no es solo ruptura, no es pensar que lo que hemos hecho hasta ahora está mal, debe ser un proceso meditado y programado que nos permita abordarlo con garantías de éxito y con fuerzas para mantenerlo.
Por eso mi consejo para este comienzo de año no es otro que intentar planear que es aquello que queremos cambiar e nuestras vidas, lo que queremos abandonar o lo que queremos adquirir e incorporar e ir a por ello con un mapa detallado por etapas. Considerando en cada una de ellas los pros y los contras y modificando los objetivos y los tiempos para conseguirlas si es necesario, sin que nada de ello signifique el abandonar nuestro objetivo final.
En mi primera entrada del año nuevo hablaremos sobre como llevarlo a cabo. Mientras tanto ¡Feliz Comienzo de Año!