¿Qué otra cosa me falta conquistar? Con un poco de suerte, mi ego. ¿Cómo sabré que lo he conseguido? Cuando deje de preocuparme de lo que la gente piensa.

Madonna

Miedos, venganza, ira, obsesiones, orgullo, pasiones, lujuria, envidia…El Ego es el entramado más elemental de nuestra mente. Y como a todo, a la mente le gusta poner nombres con tal de comprender.
El Ego es una autoproyección basada en identificaciones como: un nombre, una edad, un sexo, una religión, una nacionalidad, un rol familiar, un pasado, un cuerpo, unas creencias, unos logros y fracasos…Todos tenemos Ego, y en realidad son básicamente iguales ya que consisten en esa identificación. Se diferencian en la superficie, pero no en el fondo.

EgoLas personas acabamos contándonos una historia y quien más se apegue a la suya y más se la crea, más sufrirá porque será incapaz de vivir su vida de otra manera.

Por eso al Ego también se le conoce como Yo construido o Yo inventado; es una creación mental. Una falsa identidad que no es real. Y lo importante es aprender a detectar cuando ese Ego, esa falsa realidad, está activa. Eso pasa cuando nos ocurren cosas como querer tener razón a toda costa, dejarse dominar por las emociones, ser incapaz de perdonar, juzgar y criticar, tener ganas de discutir, agredir…Pero el juego preferido del Ego es intentar cambiar a los demás sin esforzarse por cambiar él mismo. Hacer pasar a los demás por los guiones que hemos creado para ellos, como si supiéramos lo que es mejor para cada uno.

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