Cualquier momento del día o de la noche es bueno para decir basta y poner fin a una etapa de tu vida que hubieras deseado no vivir.
Raimunda de Peñaflor
Las relaciones de pareja son un mundo particular. Un espacio en el que dos personas se relacionan, libremente, y deciden compartir su vida. Debe ser, además, un lugar emocional de apoyo, de confianza, de alegría y de compromiso. Pero no siempre es así, y nos podemos ver, fácilmente, inmersos en una relación tóxica, dependiente emocional o, abiertamente maltratadora. ¿Cómo podemos saber si nos estamos enredando en una relación de este tipo? Te damos algunos indicadores que pueden ayudarte a saberlo.
Independencia. Compartir una vida no significa sustituir la nuestra. La vida de cada miembro de la pareja cambiará, por supuesto, al comprometernos, pero esto no quiere decir que cerremos todas nuestras puertas. Nuestras amistades, aficiones, familia, siguen formando parte de nosotros. Nadie debe decirnos a quién ver o a quien no. Cuando esto comienza a ocurrir nos encontramos ante uno de los más claros indicadores del comienzo de una relación dependiente o tóxica.
Comunicación. Es la clave de una relación sana. Aquella que se basa en una elección diaria de estar con otra persona. Debemos estar atentos a los más pequeños indicadores de que ésta falla. Puede ser el cansancio al volver de un día de trabajo, el sentimiento de no tener nada que decirse o, simplemente, el sentir que no estamos donde queremos estar. Si no hablamos entre nosotros va convertirse en una herida que, una vez, cicatrizada, no podremos curar.
Aburrimiento. Quizás el indicador más claro de que algo no va bien, es éste. Si no lo pasamos bien con la persona amada, o si querríamos estar en otro lugar, quizás sea el momento para replantearnos nuestra relación antes de que se convierta en una continua fuente de insatisfacción.
Abuso verbal. Cuando se éste se produce, nos encontramos ante un claro indicador de que la relación no va bien, y debe acabar. El abuso verbal es un síntoma que nos está señalando el comienzo del maltrato. Quien abusa quiere manifestar su posición de dominio y, si lo permitimos, la escalada puede ser muy rápida.
Más allá de estas señales es muy peligroso mantener una relación. En el mejor de los casos, conviviremos educadamente como extraños, dejando que el respeto hacia nosotros o la otra persona muera. En el peor … creo que es sencillo imaginarlo.