Sea perder peso o terminar un trabajo, desarrollar un hábito es algo muy beneficioso, si queremos conseguirlo. Exige perseverancia, constancia y compromiso. Pero ¡cuidado! En algunas circunstancias un hábito puede convertirse en una adicción. Estos son algunos indicadores de que puede estar ocurriendo esta transición poco saludable.
Consecuencias negativas
Una de los mayores señales que un hábito se está convirtiendo en una adicción, es el incremento en las consecuencias negativas del mismo. Mientras que un mal hábito puede tener consecuencias negativas menores, tales como subir de peso, una adicción puede ser algo mucho más serio y resultar en serios problemas de salud, legales o económicos.
Un adicto puede encontrar la forma de evitar dichas consecuencias, pero no lo conseguirá para siempre. El abuso continuo de su adicción, sean drogas, alcohol o apuestas online, además de las mencionadas consecuencias, es el punto de partida de la adicción.
Pérdida de control
Un hábito es algo que controlamos. Si piensas que tus hábitos te están causando problemas, somos capaces de ajustar nuestra conducta para evitarlo. Cuando tenemos una adicción, sin embargo, perdemos el control sobre la cantidad de tiempo y energía que le dedicamos. En otras palabras, es la adicción la que controla al adicto.
Algunas personas pueden tener más propensión a desarrollar una adicción (Everitt 2014) , especialmente si son más impulsivas o inestables. Esto podría explicar, en parte, porque no todos los usuarios habituales se convierten en adictos.
Actitud defensiva
Un adicto es totalmente consciente que su conducta se está convirtiendo en algo problemático. Esta consciencia le conduce a menudo a adoptar una actitud defensiva ante las preguntas más inocentes. Pueden negar que exista un problema o incluso tratar de esconder su conducta adictiva.