Conseguir mejorar como madres o padres es algo que no resulta muy sencillo. ¿En cuantas ocasiones hemos pensado que los bebes deberían venir con un libro de instrucciones? ¡O mejor una aplicación de móvil que se actualizara a medida que cumplen años!
Lo cierto es que la mayoría de nosotros afrontamos una de las tareas más importantes de nuestra vida con una alta dosis de improvisación. Más allá de los consejos bienintencionados de nuestros padres o amigos, es una tarea a la cual llegamos como verdaderos amateurs.
¿Y si pudiésemos conseguirlo solo con unos pequeños cambios? Si, de verdad, no hablo de consejos, sino de estrategias de cambio de nuestra forma de abordar este “trabajo”.
Lo se, no resulta fácil. Es una faena demasiado imprevisible para aplicarle ninguna táctica. En cierta forma esto es indudable, pero también tiene que ver con la percepción que tenemos de la misma. Como comenta Erika Krull en PsychCentral, sentimos que cambiar como padres es una montaña realmente difícil de subir. No nos sentimos capaces. No vamos a poder. Pero esto puede cambiar si conseguimos ajustar que es lo que realmente necesitamos modificar. Podemos tener opciones de conseguirlo si logramos identificar las dificultades y enfrentarnos a ellas.
Krull nos propone unos sencillos pasos
- Escribe tres o cuatro situaciones o conductas que te estresen como padre o madre. Intenta ser lo más específico posible. Ahí nos centraremos.
- Elige una. ¿Qué papel juegas en ella?¿cómo te sientes?¿ocurre siempre de la misma forma?¿hay alguien más implicado?¿con que frecuencia ocurre?
- Identifica el momento en que empieza. Es muy importante que lo hagamos porque ahí es donde empezaremos a cambiar. Aunque no seamos quien la inicia, elegir una forma diferente de reaccionar, puede producir un enorme impacto.
- Considera tus opciones. Si es necesario, sal de la habitación con cualquier excusa, durante un par de minutos. Coge aire y vuelve a la carga. Dile algo positivo a tu hijo o a tu hija (o a ti). Piensa que puedes hacer para cambiar la dinámica de la situación.
Este proceso lo repetiremos para las otras situaciones que recogíamos en el primer punto. Es muy posible que podamos utilizar formas de actuar o pensar similares a las del punto 4 para distintos escenarios. De hecho, descubriremos que el origen de muchas de estas circunstancias es muy parecido. Cuando identificamos los patrones, cambiar nuestros automatismos nos resultará mucho más sencillo o natural.
Puede que al principio nos resulte lioso, pero a medida que lo convirtamos en un hábito, comenzaremos a ver pequeños cambios que llevaran a conseguir ser mejores en esta tarea, por otro lado fascinante.
Ahora que lo pienso ¿no sirven estas estrategias para muchas otras situaciones?
Un comentario
Reblogueó esto en Cámbiatey comentado:
Quieres mejorar como madre (o padre)
Te damos ideas #cámbiate2015 #DiaDeLaMadre