Tener hijos no lo convierte a uno en padre,

del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista.

Michael Levine

Los niños y niñas criados por padres o madres del mismo sexo, muestran el mismo desarrollo social, educativo y emocional que aquellos criados por una pareja heterosexual. Esto es lo que confirma una revisión científica llevada a cabo en Australia.

En este país el 11% de las parejas gays y el 33% de las parejas lesbianas, tienen hijos o hijas. Un número que aumentará a medida que se reduzcan las barreras para ello. Esta revisión de las investigaciones, recientemente publicada, fue dirigida por D. Dempsey para el Instituto Australiano de Estudios de la Familia. La investigación no apoya en absoluto la idea que los hijos de padres o madres del mismo sexo, sufran ningún tipo de perjuicio.

Getty CreativeDos madres

Más bien todo lo contrario, los niños criados por una pareja de mujeres pueden beneficiarse de tener dos madres, resultando en mejores relaciones con sus hijos o hijas y mostrando un mayor nivel de implicación.

La razón para esto, según la autora de este estudio, puede ser…

“… debido a la “doble dosis” maternal. Así como las madres heterosexuales tienen habitualmente más responsabilidades de cuidado y muestran una mayor habilidad que los padres para educar a sus hijos e hijas, las madres lesbianas parecen llevar esta tendencia de género a su capacidad maternal”.

A pesar de que la revisión era muy positiva, los autores expresaron algunas preocupaciones, especialmente relacionadas con el acoso que sufren los hijos de padres del mismo sexo en la escuela o cualquier otro abuso relacionado con la sexualidad de sus padres.

Este informe presentado en Australia corrobora los resultados que ya avanzaba la Academia Americana de Pediatría el pasado año.

Durante la pasada década, 11 países han reconocido la igualdad en el matrimonio, permitiendo la unión entre dos personas del mismo género: Argentina, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Islandia, Holanda, Noruega, Portugal, España, Sudáfrica y Suecia. No hay evidencia de que los niños y niñas de estos países hayan experimentado ningún tipo de dificultades como resultado de estos cambios sociales”.

Estos datos, científicos, corroboran lo que parece que dicta el sentido común. Lo que realmente importa es el amor y la responsabilidad a la hora de cuidar de nuestros pequeños.

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