Los límites de las rabietas

El enfado es una emoción humana totalmente normal y por lo general, saludable. Sin embargo, cuando perdemos su control, y se vuelve destructiva, nos puede ocasionar muchos problemas.

Enfadarnos viene como una reacción a algo que nos parece injusto o, simplemente, no nos gusta. Es algo natural que puede suceder más o menos frecuentemente.

Y aquí estaría la clave. Recordemos que las emociones humanas nos están indicando algo. En este caso, el enfado es un síntoma que puede esconder insatisfacción. Es aquí donde debemos indagar.

Saber porque nos enfadamos, entendiendo si son motivos que, de alguna forma, podemos justificar, nos ayudará a modificar o evitar lo que lo produce.

Recordemos, es algo adaptativo. No tiene ningún sentido si siempre nos estamos molestando por lo mismo y no le ponemos alguna solución.C orremos el peligro de “encariñarnos” con el enfado y convertirlo en una característica propia. Es decir, de estar enfadados por algo, pasamos a estarlo por prácticamente todo.

Esta actitud ante el mundo, se termina convirtiendo en una conducta tóxica, que nos hace mucho daño, a nosotros y a las personas que nos rodean. Añadido a esto, un permanente estado de enfado nos pone mucho más cerca de algo incontrolable, la ira. Una forma de reaccionar que puede derivar en serios problemas.

Por esto es importante que, aunque nos enfademos, intentemos entender porque ocurre. Y en que medida podemos ponerle remedio. Bien a nuestro enfado o bien a lo puede estar causándolo.

Encontraremos, en ocasiones, que este análisis, nos ayuda a entendernos mucho más de lo que pensábamos. Recuerden que nuestras emociones están aquí por algo. Solo debemos aprender a leerlas. Sin juzgarnos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *