Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas no porque sean difíciles en sí, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a emprenderlas.
Séneca
Todos, en algún momento, experimentamos periodos de stress, pena o conflicto. Lo que puede resultarnos más difícil es saber cuando, si nos encontramos mal, debemos acudir al psicólogo. Y, generalmente, o no vamos o dejamos que pase mucho tiempo con la esperanza de que el tiempo lo cure. Estamos hablando de trastornos moderados que, muchas veces solo requieren orientación o unas pocas sesiones de terapia.
La comunidad psiquiátrica y farmacológica tiene como prioridad identificar trastornos severos susceptibles de ser abordados, preferentemente, con psicofarmácos. Pero por otro lado, nos encontramos con un amplio espectro de problemas leves o moderados, que podrían beneficiarse de terapias psicológicas, que no llegan a tratarse. Quienes lo sufren, además de sentirse desgraciados y, en cierto modo, desprotegidos, empeoran no acudiendo a tratamiento. Cuanto antes vayamos al psicólogo, más pronto conseguiremos superar nuestro problema y menos tensión asociada a él sufriremos.
Puede que todavía sigamos viviendo el estigma que se asocia a acudir a terapia. Si tenemos que ir es porque estamos mal de la cabeza, o porque somos débiles y no podemos manejar nuestra vida. Asociado a esto, también nos encontramos con el miedo a que el tratamiento sea muy caro o que nos lleve mucho tiempo.
De hecho, esto último no es totalmente cierto. En nuestro país, la psicología clínica está incluida en la cartera de servicio del sistema de salud. Y muchas mutuas y aseguradoras ya la recogen en los servicios que ofrecen a sus afiliados. Además, el tiempo que dediquemos a la terapia vendrá, en muchos casos, determinado por lo que tardemos en ir y por la implicación que pongamos en nuestro tratamiento.
Por otro lado el miedo injustificado a ser catalogados como «con problemas mentales”, se reduce si somos conscientes de que estamos hablando de la vida y de lo difícil que puede ser en algunas ocasiones. Los beneficios de la psicoterapia pueden considerarse como liberadores de stress, tales como hacer ejercicio, dormir adecuadamente o llevar una dieta sana. Estrategias que hacen más sencillo disfrutar de la vida y abordar los momentos complicados.
Pero ¿cómo se si tengo que ir a terapia?
Les dejo algunos indicadores que pueden ayudarles a decidirlo. Son orientativos, por supuesto, pero pueden servir para no dejar que la madeja se enrede más de lo necesario.
Altera tu vida
Si un problema afecta de forma significativa a tu vida diaria, tanto sea tu trabajo, tu ocio o tus relaciones sociales, quizás sea el momento de acudir a recibir orientación. Si el stress, la ansiedad o tus manías están interfiriendo con tu vida es la mejor opción.
Nada de lo que has hecho, ha conseguido una mejora
Todos intentamos solucionar esa ansiedad, stress o tristeza por nosotros mismos, al principio. Y puede que consigamos manejarlo. Una vez. Si esto se repite, veremos como nos cuesta más volver a controlarlo. Y además nos metemos en una espiral de desesperanza que lo que puede conseguir es, precisamente, agravar nuestro problema.
La gente está cansada de ti (o de tus problemas)
Cuando tenemos un problema, acudimos a alguien de confianza, que nos quiere. Y, generalmente esta es una buena forma de solucionar situaciones puntuales. Pero cuando esto se convierte en algo habitual, en nuestra forma de relacionarnos con nuestra familia y amigos, corremos un serio peligro de quemar esas naves.
Comienzas a abusar de sustancias o medicamentos
No es algo que resulte tan extraño. En un momento determinado, alguien nos aconseja que usemos un remedio “natural” para controlar esos “nervios”. Y parece funcionar. Pero, generalmente, esto da paso a una espiral de dependencia (en sustancias naturales o no) que coloca la solución de nuestro problema fuera de nuestro alcance.
Estos y otros síntomas pueden indicarnos la necesidad de acudir a terapia. Debemos pensar, como comentamos al principio que, si lo hacemos pronto, cogeremos el problema en sus inicios y solucionarlo será más sencillo y aumentará nuestra capacidad de manejarlo en situaciones futuras.








