La atención plena constituye básicamente una forma determinada de prestar atención. Según el Dr. Jon Kabat-Zinn, una definición operativa de mindfulness podría ser “la conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin juzgar, a cómo se despliega la experiencia momento a momento”y puede pues considerarse como una habilidad de la atención que nos permite centrar la mente en el presente.

Estar atentos a la plenitud de la experiencia nos pone en contacto con la realidad en la que vivimos y con lo que acontece en nuestro mundo interior. Una visión descentrada de nuestras sensaciones, emociones y pensamientos, unida a la intencionalidad de centrar atención en el presente nos ayuda a no identificarnos con partes de nosotros mismos que nos distancian de nuestra totalidad y la belleza.

Mindfulness

Lo contrario de la atención plena es el piloto automático, que sería la actitud de desconectar de las experiencias rutinarias para ocupar la mente en otras cuestiones. En un mundo donde el tiempo es oro, esta actitud se podría ver como algo atractivo en cuanto a que podría permitir incrementar el nº de tareas que hago, sin embargo, la atención es limitada y ha de repartirse entre las tareas que abordo, y el hacerlo en exceso puede ser causa de accidentes más o menos graves, despistes, errores, descenso en nuestra efectividad personal y profesional y finalmente del estrés que genera el mantener nuestro sistema nervioso siempre al 100%.

La ciencia ha demostrado que prestar atención plena atendiendo a la riqueza de la experiencia presente, mejora nuestra salud, nuestras funciones cognitivas y nuestras relaciones intra e interpersonales, y puede considerarse una forma saludable de relacionarse con uno mismo y con los demás y de sentirse conectado con la realidad. Además se ha demostrado el cómo la manera en que prestamos atención al momento presente puede mejorar directamente el funcionamiento de nuestro organismo y de nuestro cerebro, de la vida mental subjetiva y las relaciones interpersonales.

Los orígenes

La atención plena tiene su origen en antiguas prácticas budistas, sin embargo, es posible enseñar con efectividad esta habilidad un contexto ajeno a cualquier tipo de grupo o práctica religiosa y practicarse sin tener que hacer referencia a una cultura o contexto concreto tal y como se lleva haciendo mediante los programas MBSR* durante más de 30 años en todo el mundo.

Un objetivo Universal

A diferencia de los llamados “estados alterados de conciencia”, la conciencia plena o mindfulness es un objetivo universal. Todas las culturas proponen prácticas para estar más presentes y desarrollar la conciencia del momento: la oración o la meditación, el yoga o el Taichí, todas comparten el objetivo de transformar la vida de las personas proponiendo una mirada hacia la profundidad de uno mismo, un hacerse preguntas y auto-comprenderse.

La necesidad

Vivimos una vida tan ajetreada que casi no tenemos tiempo de estar en nosotros mismos, necesitamos desesperadamente herramientas para recuperar la soberanía sobre nuestras vidas, una nueva manera de ser y estar en la sociedad.

La cultura moderna nos presenta nuevos retos: por un lado nos plantea un mundo globalizado e interconectado mediante redes virtuales que consumen mucho de nuestro tiempo y energía y por otro son estas mismas redes las que nos aíslan de nosotros mismos y de comunidades que hasta hace poco constituían nuestro único entorno de relaciones. Necesitamos buscarfórmulas que nos ayuden a adaptarnos a esta nueva realidad.

Las exigencias laborales,  circunstancias personales  y demandas sociales y familiares pueden resultar en desafíos difíciles de afrontar y en estos casos surge el estrés en nuestras vidas. Siendo el estrés una reacción evolutiva que en principio nos debería ayudar a superar obstáculos, sabemos que a partir de un cierto umbral, hace que nuestro rendimiento personal y profesional decaiga, además de suponer una seria amenaza para nuestras relaciones y nuestra salud.

Numerosas investigaciones científicas han demostrado que un entrenamiento en atención plena supone una herramienta eficaz para reducir el malestar psicológico, los síntomas físicos y los daños colaterales causados por el estrés.

Fundamentos de la práctica del Mindfulness

Solo mediante la práctica abierta y receptiva puede producirse el aprendizaje y el cambio. Se requiere, por tanto un gran compromiso. La actitud con la que emprendemos la práctica del Mindfulness es esencial y requiere un cambio de paradigma con respecto al modelo mental en el que solemos movernos. Lejos de tratar de controlar las cosas para que se ajusten a nuestro gusto, practicar la conciencia plena requiere solamente que prestemos atención a las cosas y que las aceptemos tal y como son, sin intentar modificar nada. Se trata de un proceso parecido al que utilizamos para quedarnos dormidos, no vale la pena forzar el proceso, se trata de crear las condiciones adecuadas y dejarlo estar.

La autodisciplina y la práctica habitual son además vitales para desarrollar el poder de la atención plena.

Actitudes para la práctica

Jon Kabat-Zinn en su libro “Vivir con Plenitud las crisis” nos habla de 7 actitudes básicas con la que afrontar la práctica y que habrá que cultivar de forma expresa: el no juzgar, la paciencia, la confianza, la mente de principiante, el no esforzarse, la aceptación y el ceder o desapego que requiere el permitir que las cosas sean como son.

En los programas de reducción de estrés basados en la conciencia plena, se profundiza el estudio y la práctica de estas actitudes durante la práctica formal e informal que el programa requiere

Extraído de www.eus3.com texto de Ana Arrabé

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