Nos hemos acostumbrado a utilizar cierta terminología que sin embargo tiene un impacto muy negativo en la productividad.

Un ejemplo es cuando alguien en el trabajo te pide algo “Para Ayer”. Esta expresión con toda seguridad nos pondrá tensos. Un trabajo que hay que concluir cuanto antes no da margen para el respiro y por extensión, su calidad puede verse perjudicada.

Necesito.

Cuántas veces habremos escuchado el clásico «necesito que me entregues esto cuanto antes». Es tan habitual que ya nos hemos acostumbrado a ello, pero la realidad es que nunca necesitamos algo, sino que más bien nos gustaría que fuera de esa manera. Así las cosas, podríamos emplear un ‘¿qué te parece si…?’ mucho más suave y que no ponga a la defensiva al interlocutor.

No podemos.

Otra que forma parte habitual ya de la jerga en el trabajo. Es es un recurso fácil y de hecho no es sincero: ¿hay algo realmente que no podamos hacer en un trabajo o proyecto? Suena en realidad a protesta cargada que nunca será bien recibida por el equipo.

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Fácil.

Es una palabra que raramente nos sienta bien, sobre todo cuando es algo que nos encomiendan. En realidad esta palabra es un arma arrojadiza puesto que nadie considera que su trabajo es ‘fácil’. Si es fácil no debe llevar mucho tiempo en terminarse y hacerse además, bien.

Sólo.

Un recurso muy cercano al anterior y que también llega cargado de veneno. Es utilizado nuevamente para endosar a algún incauto una tarea que nos está molestando y que es tan trivial desde nuestra perspectiva que no costará nada desempeñarla. «¡Si es sólo entregar el…!», pero claro, esa entrega equivale a que esa persona deje de hacer lo que está haciendo y se despiste con el regalito. Nuevamente se trata de un término muy pernicioso para el desarrollo del trabajo en equipo.

Si tenemos una responsabilidad con nuestro equipo de trabajo, bien podemos comenzar a evitar utilizar esta palabra en nuestro entorno laboral.
Adaptado de José Mendiola, en hipertextual.com

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