El amor es una pieza de teatro en la que los actos son muy cortos y los entreactos, muy largos. ¿Cómo llenar los intermedios sino mediante el ingenio? 

Ninon de l’Enclos.

Encontrar a la persona correcta puede ser algo realmente complicado. Es un proceso generalmente solo funciona a través de ensayo y error. Esto significa la única forma de saberlo, es probando. Puede que no nos resulte lo más deseable, pero por ahora nadie ha conseguido predecir el futuro de una forma certera; menos en lo que se refiere a relaciones de pareja.

Si además añadimos que las primeras semanas, o incluso meses, cualquier relación, pueden ser realmente confusas, la dificultad para saber si estamos con la persona que queremos estar se complica todavía más.. Al principio de cualquier relación, ésta está condicionada por la química de nuestro cerebro. Es lo que se denomina la fase de enamoramiento, O luna de miel. Tras un tiempo cualquier relación romántica pasa a ser un proceso de elección continuo y diaria. Es lo que podemos llamar la madurez del amor.

Sin embargo, no es tan fácil, saber si estamos en la relación que queremos o no. Si notas algunas de estas circunstancias en tu relación, será el indicador de que no es así. La persona que con la que estás, no es la correcta.

Enfado o resentimiento. Te molestan hábitos, o formas de pensar, que la persona simplemente no puede evitar. .

Conversaciones. Resulta prácticamente imposible mantener una conversación sin que parezca siempre una discusión, en la que cada uno de los miembros de la pareja culpa al otro.

Puntos en común. No parece haber aficiones o gustos en en los que podamos compartir momentos con vuestra pareja. No encontramos de que hablar, o nos aburrimos si estamos haciendo algo juntos.

No eres tú. Estás dedicando prácticamente todo tu tiempo hacer la relación funcione. Esto está consiguiendo que tengas la sensación de que no eres tú. De que estás forzando un cambio, Que te aleja cada vez más de ti. De cómo eres.

Otra persona. No tiene porque existir, pero no dejas de pensar en estar con otra persona, sea real o no. No lo puedes evitar.

Indiferencia. La muerte de cualquier relación no es el odio, ni tiene porque ser algo intenso. La mayoría de las relaciones mueren por aburrimiento. Lo malo es que no somos conscientes de ello, y nos acostumbramos a vivir así. A menudo durante años.

Estos indicadores pueden ayudarte a saber si estás donde quieres estar. Eres tú quien tiene que decidir si es el momento de acabar con una relación que puede llegar a convertirse tóxica.

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