Si usted está angustiado por cualquier cosa externa, el dolor no se debe a la cosa en sí, sino a su estimación de la misma, y esto tiene el poder de revocarse en cualquier momento.
Marco Aurelio

Parece que sólo con ver esta palabra ¡ESTRÉS!, escrita, nos da susto. Es lo que no nos deja dormir la noche antes de una importante reunión, lo que nos hace jugarnos la vida en la carretera para llegar a tiempo o el cansancio que tenemos después de un largo día de trabajo.

Cualquier revista o informe sobre salud mental que se precie, nos dirá que el stress es el mayor peligro de nuestro tiempo. Causante de enfermedades y muertes en nuestro ajetreado mundo occidental. Y nos darán consejos para manejarlo, disminuirlo o superarlo. Es el gran villano de la época.

Pero lo cierto es que el stress no es el enemigo. De hecho, no hace mucho tiempo, era lo único que conseguía que estuviésemos a salvo de nuestros depredadores. Si puede fastidiar nuestra vida como lo hace, imaginemos lo que pasaría si fuésemos capaces de utilizarlo en nuestro beneficio.

Pero, si le damos la vuelta, podemos ver como el stress puede resultar de ayuda, si sabemos leer lo que nos está diciendo.

El estrés te da la energía para manejar una crisis ¿Recuerdas la última vez que tuviste que quedarte la noche en vela para conseguir terminar un trabajo? ¿O qué tomaste una decisión importante en apenas un instante? ¿O ese volantazo que te salvó milagrosamente de un accidente? El stress tensa tus músculos, agudiza tu visión y concentración. Es tu respuesta fisiológica natural a una situación de peligro. Es como un seguro que te permite responder rápidamente.

En un momento de estrés, no tenemos tiempo para estar inseguros acerca de lo que la gente piense o lo que tú pienses de ellos. El estrés te pone en disposición de acceder a recursos que ni siquiera pensabas tener. Te saca de tu zona de confort, aumenta tu autoconfianza  y te ayuda a crecer.

Por último el estrés te señala aquello que no funciona. Es un gran marcador de que es lo que no va bien en tu vida. Si esto ocurre en tu trabajo o tu relación de pareja, es hora que empecemos a examinar que hay que cambiar. Seamos realistas, el problema no es el stress. De hecho es el síntoma incómodo de que algo no va bien. Quizás sea una buena idea utilizarlo como indicador del cambio que tenemos que introducir en nuestra vida.

0 respuestas

  1. Para mi el stress no existe sino la angustia que me hacen sentir ciertos momentos en mi vida. El no tener mi propia casa. El no estar con mi familia. El no ver a mi hijo. Todo.eso me angustia y mucho. Así que vivo momentos muy duros en los que ya no puedo más. Y me vengo abajo.así que en resumen esa es mi vida. Una sucesión de malas sensaciones de las que no se salir.

    1. Nieves, lo que relatas son motivos suficientes de estrés, tristeza e, incluso, depresión. En estas situaciones lo único que puedes hacer es buscar lo poco que puedas encontrar de positivo, en tu vida. Es encontrar, aunque sea difícil, aquello que te pueda ayudar a cambiar el sentido de tus pensamientos para poder tener fuerzas para cambiar aquello que necesitas.

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