En muchas ocasiones damos por sentado a las personas que nos quieren y a todo aquello que podemos haber conseguido. Esto provoca que, al acostumbrarnos, dejemos de valorar ambas cosas. Por esto es necesario que, de vez en cuando, traigamos a la conciencia a las personas que están a nuestro lado, y les agradezcamos que estén, que nos quieran, y que nos apoyen.
Sin esperar al momento que ya no estén para echarles de menos.
Lo mismo debemos hacer con nosotros mismos, mirando de vez en cuando hacia el camino que hemos recorrido hasta llegar a donde estamos. De esta forma también seremos conscientes de todo aquello que hemos conseguid y del valor que tiene lo que hemos hecho.