Seguro que han oído o leído en alguna ocasión, que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, nuestras expectativas o juicios, sobre nuestra forma de ser o características de cualquier tipo. Y es así.
Porque nos estamos saboteando continuamente. Lo hacemos a veces, casi de forma inconsciente, y se convierte en una manera de auto relacionarnos enormemente tóxica y muy frustrante.
Hoy vamos hablar de algunos estilos de auto sabotaje en los cuales puedes sentirte identificado.
No significa que lo hagas todo el tiempo, puede estar asociado a lugares, circunstancias entornos, personas… Pero ser conscientes de ello nos hará intentar cambiarlo.
Impostor.
Sentimos que no merecemos nada y que no estamos cualificados para nada. Creemos que cualquier éxito o cualquier cosa que conseguimos es debido a suerte o factores que no tienen nada que ver con nosotros. Nos olvidamos de nuestro esfuerzo, el tiempo que hemos invertido, y no valoramos para nada todo lo que hemos conseguido, porque nos lo merecemos.
Superhéroe.
Lo que tratamos de hacer es ser mejor que cualquier otra persona, empujándonos a trabajar más duro, más fuerte, para poder medirnos con otros.
Sin valorar realmente en muchas ocasiones, que esto no es necesario y que nadie nos lo está pidiendo.
Experto.
Basamos nuestro valía y nuestro autoconcepto en lo que sabemos, temiendo mucho quedar como alguien que no conoce algo en particular..
Llega ser algo irracional, y nos puede conducir a tomar decisiones basadas en algo que realmente no dominamos ni conocemos.
Genio natural.
Queremos -o creemos-, tener la habilidad de hacer cosas rápido y correctamente. De forma natural, Casi mágica, sin haber lo hecho antes.
Si no lo conseguimos nos sentimos avergonzados, y muy decepcionados.
Individualismo.
En este caso no pedimos ayuda para nada porque tenemos que esto revelará nuestra debilidad o nuestras inseguridades. Puede resultar algo enormemente frustrante, a la par que evidenciar lo que precisamente no queremos.
Culpa.
Aquí lo que hacemos es atribuir nuestras faltas o nuestros malos resultados a otras personas o circunstancias externas. Sin valorar en absoluto que nosotros podemos no haber hecho nada por conseguir aquello que querríamos haber obtenido.
Perfeccionismo.
Control y crítica propia. Creemos que si no se puede hacer de forma perfecta entonces es mejor no hacerlo.
Este mecanismo de auto sabotaje puede resultar tremendamente paralizador y provocar que no avancemos para nada.
Éstos y otros mecanismos los utilizamos habitualmente en nuestro diálogo interior.
Ser consciente de ellos nos ayudará a cambiarlo contribuyendo a que nos conozcamos mejor, nos aceptemos y, en cierta forma, tengamos mucha mas paciencia y compasión con nosotros mismos.
Publicado en Canarias7