La mayoría de las personas instintivamente evitan el conflicto, pero como nos muestra Margaret Heffernan, un buen desacuerdo es fundamental para el progreso. Ella ilustra cómo (a veces contraintuitivamente) los mejores socios no son eco uno del otro y como los equipos excelentes de investigación, relaciones y negocios, permiten que las personas tengan profundos desacuerdos.

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