pablo08sept2016_blog

Cuando no somos felices nos enfrentamos a un gran reto. Y, por lo general, no sentimos tener las fuerzas y la consciencia necesaria para ello. Nuestra opción por defecto, la que dicta una educación centrada en lo externo, en buscar las causas de esta infelicidad en las circunstancias. Diremos que no nos hacen felices, amigos, país, trabajo … y así cualquier causa que no implique mirarnos para averiguar qué va mal.

Porque, aunque es indudable que pueden ser muchas las condiciones externas que contribuyan a nuestra infelicidad, el origen de la misma, somos nosotros. Y si no cambiamos desde dentro hacia afuera, corremos el peligro de embarcarnos en una continua huida hacia adelante, buscando en el exterior lo que tiene su origen en nuestro interior.

Si este es tu caso quizás te vendría bien considerar lo que te proponemos hoy.

En primer lugar, deja de sentir lástima de ti mismo. No sirve para nada. La posición de la víctima nos lleva frecuentemente a una sensación de dejadez que consigue implantar en nuestra cabeza que, hagamos lo que hagamos, nada va a cambiar.

La vida nos somete a situaciones que ponen a prueba nuestra capacidad y resiliencia para salir adelante. Lo hacen muchas personas que vemos alrededor. Se centran en aquello que tienen, en quienes les quieren y a quienes quieren. En lugar de pensar en lo que no tienen o han perdido. Es una forma mucho más sana de enfrentar el mundo.
Cometerás errores, claro que si. Y aprenderás de ellos si no dejas que te definan. Es tu decisión pensar en ti como una persona que cae y se levanta, o como otra que se queda en el suelo a mirar sus heridas.

Nos han contraprogramado haciéndonos pensar que lo que necesitamos es la perfección, que todo sea predecible. Y no hay nada más aburrido que eso. Saber lo que va a ocurrir -todos los días-, se llama rutina, y pocas personas me dirán que les gusta.

Arriésgate. Te dirán que no. Que porque quieres salir de tu cómoda zona de confort. Que si, que hay muchas cosas que no te gustan, que sientes que tu vida va en piloto automático. Pero, te insistirán, ¿no preferirás lo desconocido? Te puede llevar a arrepentirte de haber dejado tu triste aburrimiento.

Y este es otro factor para buscar tu felicidad: dejar de depender de los demás. En ningún sentido. No hace falta que trates de comprender porque no quieren que te muevas. No tienes tiempo para ello. Cada uno que lidie con su propia decisión. Una sonrisa amable ¡y a lo tuyo!

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