¿Qué pasa cuando nos olvidamos de nosotros mismos?

https://youtu.be/UO9oOhoUnMw

En ocasiones nos vemos inmersos en una oscura espiral. Ocurre cuando dejamos de cuidarnos de nuestras necesidades psicológicas y emocionales. Muchos de nosotros tendemos a dejar algunas de lado para centrarnos en lo que nos parece «urgente».

Este es el embudo del agotamiento. En este caso, emocional. Y es uno de los efectos más evidentes -e ignorados-, del estrés.Ocurre a medida que se va estrechando el círculo de nuestra vida para centrarnos en resolver nuestros problemas inmediatos.

Vamos dejando a un lado a quienes nos importan y a las actividades que más nos llenan, y nos sentimos cada vez más agotados, indecisos e infelices. Cuando por fin caemos, somos una sombra de nuestro antiguo yo. Así nos atrapa el embudo del agotamiento.

Ser conscientes de este fenómeno no es sencillo. En un momento u otro de nuestra vida, a cualquiera nos puede suceder. Para combatirlo es necesario que seamos conscientes de que es lo que nos ha llevado a él.

Un trabajo que no nos guste, unas relaciones personales en las dejamos de sentirnos libres para comportarnos como somos o una gran tensión acumulada pueden ser algunos de los detonantes. Localizar su origen y ponerle remedio es la única forma de poder superar un episodio de agotamiento emocional.

Si estás comenzando a notar estos síntomas, no dejes que vayan a más. Tómate un descanso y pregúntate si estás donde quieres estar o si estás haciendo lo que realmente te gusta.

Todas las personas merecemos ser felices. El agotamiento emocional es una señal que nos indica que debemos parar y modificar nuestro rumbo. Los cambios pueden asustar, pero quedarnos en un mismo lugar puede llevarnos a una situación de permanente infelicidad.

Cualquier otra solución será un mero parche. O algo peor. Se puede convertir en algo permanente.

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