¡Sabes, sólo utilizas el 10 por ciento de tu cerebro. Imagina lo que podrías conseguir si utilizases el otro 90 por ciento!

Seguro que has escuchado esto más de una vez. Es otro de nuestros psicomitos preferidos. La creencia de que solamente accedemos al diez por ciento de nuestro cerebro es la fuente de todo tipo de especulaciones acerca de la capacidad cerebral humana si utilizásemos todo su potencial.

Lo cierto es que esto es un mito. Utilizamos TODO nuestro cerebro. En las únicas circunstancias en que esto no es así es debido a un accidente o enfermedad en que algún área cerebral resulte dañada o destruida.

¿Cuál es el origen de este mito? Los investigadores sugieren que existe desde principios del siglo XX. Probablemente viene de la interpretación incorrecta o la falta de comprensión de los escritos del psicólogo William James. En su libro de 1908, La Energía de los Hombres, escribió, “sólo utilizamos una pequeña parte de nuestra capacidad mental o física”. Y la lió.

brain_on_fireEl mito se ha perpetuado como muchas otras leyendas urbanas. Mucha gente bienintencionada, como coachs, motivadores o entrenadores, han aprovechado este mito como una forma de demostrar que debemos esforzarnos para explotar todo nuestro potencial. Desafortunadamente otros, no tan bien intencionados, han utilizado este mito para vendernos productos milagrosos que desbloquean nuestra capacidad cerebral oculta.

Este mito ha perdurado también gracias a la percepción que los seres humanos tenemos de nuestros cerebros, por los errores que cometemos, la cosas que olvidamos, las dificultades de aprendizaje, etc.

John Henley, neurólogo de la Clinica Mayo, afirma que la mayor parte del día utilizamos el 100 % de nuestro cerebro, incluso mientras dormimos. Nuestro cerebro está dividido en zonas. A grandes rasgos podemos decir que a cada una le corresponde una función vital diferente. La parte más grande e importante es la que se denomina cerebro fuerte, al cual le corresponden las funciones cognitivas superiores; al cerebelo le corresponden las funciones motoras, como la coordinación y el equilibrio; finalmente el tronco cerebral está más abocado a lo que son las funciones involuntarias, como la respiración. Para el funcionamiento normal de nuestro cuerpo es totalmente necesario que todas las partes, trabajen a la vez y por lo tanto no sólo un pequeño porcentaje.

Por supuesto esto no excluye que algunos utilicen más bien poco el cerebro.

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