Estudia las frases que parecen ciertas y ponlas en duda
David Riesman
Nos dicen, “no creas todo lo que leas (o veas)”. Pero es generalmente lo que hacemos. Y no deberíamos. ¿Cómo nos dejamos engañar tan fácilmente?¿Cómo tomamos por cierto algo simplemente por que sale en la tele o lo leemos en internet?
¿Que es lo que ocurre en nuestras cabezas y nuestras emociones que las hace receptivas a las mentiras y resistentes a la información contrastada?
Un estudio llevado a cabo en Australia, explica en parte lo que puede estar ocurriendo. Los autores concluyen que sopesar la veracidad y la fuente de un mensaje es cognitivamente más difícil que simplemente aceptar que el mensaje es cierto. Requiere una motivación adicional y la utilización de nuestros recursos mentales.
El cerebro, cuando se le da la oportunidad de comprobar cada afirmación de un político o medio de comunicación, simplemente opta por lo más económico, creérselo. Si el argumento parece veraz, a nuestro cerebro le es suficiente y lo procesa como cierto. También tenemos nuestros sesgos, ciertamente, y ese es otro problema. Nos gusta tener la razón y escuchar cosas que corroboran lo que creemos. Esto se denomina sesgo de confirmación.
Este sesgo se refiere a ver el mundo a través de un filtro, selectivamente. El problema comienza cuando este sesgo distorsiona tu búsqueda de los hechos. Hay una verdadera industria montada en base a esto. Una serie de “expertos” que filtran las noticias para que encajen en las creencias predominantes. Si tu filtro coincide con el que unos te proponen, es bastante difícil que coincida, aunque solo sea en alguna ocasión con lo que te proponen los otros.
¿Cómo hacemos para que nuestro cerebro se preocupe de la verdad? Esto tampoco son buenas noticias. Hay que trabajar, algo que no le gusta nada a nuestra materia gris. La forma más fácil, sin embargo, es considerar la perspectiva del emisor del mensaje, además de su opinión o consejo, antes de asumirlo como cierto. Esto al menos eliminará un sesgo. Si queremos trabajar aún más, ayuda mucho escuchar la opinión de diferentes fuentes de información acerca de un mismo hecho.
Ninguna de estas opciones es fácil, pero si quieres la verdad, habrás de ganártela.