Cuando escuches una voz interior diciéndote que no puedes pintar, pinta tanto como puedas, y verás cómo se callará.
Vincent Van Gogh
Cualquier persona puede experimentar dudas sobre si mismo, o episodios de baja autoestima en algún momento de su vida. Pero también hay muchas personas que viven con el sentimiento permanente de no merecer el éxito que se han ganado a pulso. Cuando esto ocurre de forma regular y tiene impacto sobre tu capacidad para tomar decisiones o continuar con tu vida, puede que valga la pena dedicarle un tiempo a reflexionar sobre ello.
Este tipo de conducta de duda, sobre nosotros mismos, es un fenómeno psicológico que se conoce como el “síndrome del impostor”. Algunas veces, su efecto es temporal. En otras ocasiones, para algunas personas, este síndrome les acompaña durante toda la vida. No es algo de lo que se quiera hablar abiertamente. Especialmente por el miedo a ser “descubiertos en su mentira”.
Sea cual sea el éxito que tengas o las pruebas externas que corroboren tus habilidades y tus competencias, el efecto de la duda continua sobre ti mismo puede minar tus capacidades, tu confianza, y tus deseos de crecimiento personal. Eres de hecho, tu mayor enemigo.
Dudar permanentemente de nosotros mismos puede lograr que seamos profundamente infelices. El síndrome del impostor puede derivarse de establecer expectativas poco realistas, que nos llevan a pensar que no somos suficientemente buenos. Es importante que seamos conscientes de ello y construyamos una resiliencia emocional, y capacidad de comunicación que nos ayude a mejorar nuestra autoestima y, eventualmente, nos libere de estos sentimientos.
Puede que llegados a este punto, ya seas consciente de la presencia de este síndrome en, en tu vida. Si es así, espero haber contribuido a que te plantees cambiarlo. Acudir a una consulta de psicología seria una magnífica opción para comenzar a dejar a un lado al impostor.