El humor es otra de las armas con las que el alma lucha por su supervivencia. Es bien sabido que, en la existencia humana, el humor puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque no sea más que por unos segundos.
Viktor Frankl
La inmovilidad tónica se define como la incapacidad de una persona para reaccionar en una situación en la que siente que su integridad física está amenazada. Por mucho que esta reacción pueda parecer una sumisión, o incluso, pueda haber que lo interprete como una colaboración. No lo es.
En el síndrome de Estocolmo, la persona secuestrada establecemos vínculos emocionales con quién es la secuestran y la apartan de su vida, para sobrevivir. Esto es muy complicado de entender para quienes no hemos sufrido una circunstancia de estas características.
Si acudimos a la historia también resulta muy complicado que entendamos como en determinados momentos de la misma, comunidades enteras, aparentemente se dejaron más acá sin oponer resistencia.
En algo todavía más común desgraciadamente, como es el maltrato en el ámbito de la pareja, seguimos escuchando a quienes cuestionan como la persona maltratada no abandona al maltratador.
La explicación es simple. Se llama instinto de supervivencia. El ser humano, hasta en los momentos más duros, tiende a pensar que puede sobrevivir. Incluso estando sometido a las peores vejaciones que podamos imaginar..
Por esto se hace muy importante que cuando evaluemos situaciones de estas características se haga desde el ámbito del conocimiento científico del comportamiento humano. Si no corremos el peligro que se queden en opiniones personales, o de profesionales que no están cualificados para evaluarlo.