La relevancia es la clave. Aprende a evitar lo innecesario
A lo largo del día, desarrollamos una gran cantidad de tareas que componen nuestro tiempo. Éstas tienen un impacto inevitable en nuestro estado de ánimo y producen un balance emotivo que nos hace decidir si ha sido o no un buen día. En muchas ocasiones, la rutina o las tareas preestablecidas nos hacen pensar que hemos tenido un día aburrido, insulso o, simplemente para olvidar.
Hemos de aprender a «controlar» lo que tenemos que hacer cada día, etiquetandolo según su impacto emocional sobre nosotros.
Llevar a los niños al cole, por ejemplo; es una tarea que muchos padres y madres realizan todas las mañanas, algo que se convierte en una rutina y que, a veces, resulta tedioso y cansado. Sin embargo, esta oportunidad que tenemos de compartir el inicio del día con nuestros hijos, es algo irrepetible cada día que se produce, y así deberíamos vivirlo.
La propuesta que les hago no es otra que intentar evaluar lo que hacemos día a día para conseguir que nuestro balance al final de el mismo sea a nuestro favor y que nos vayamos a dormir con una sonrisa o, al menos, satisfechos.
Para ello propongo tres etiquetas que, a grandes rasgos, comprenden lo que hacemos todos los días.
Relevante: Es todo aquello que nos hace sentir bien y que nos da una sensación de plenitud. Leer un buen libro sería un buen ejemplo.
Instrumental: Esta etiqueta comprende todo aquello que nos permite desarrollar lo que nos gusta. Puede ser desde ir a trabajar (especialmente si no nos entusiasma nuestro trabajo) hasta tramitar unos certificados para irnos de viaje.
Inútil: Lo comprenden un montón de actividades que hacemos a lo largo del día y que, francamente, no nos reportan nada. El ejemplo más claro es la televisión y las horas muertas que pasamos sin saber realmente porque estamos allí sentados.
Cabe discutir que muchas veces lo relevante y lo instrumental se mezclan, como cuando nos gusta nuestro trabajo, y que, asimismo, se debe hacer un esfuerzo porque muchas de las cuestiones instrumentales las disfrutemos, como el ejemplo anterior de llevar a los críos al cole, pero esto lo dejamos para otra entrada.