Solemos preguntar ¿qué está mal?, y al hacerlo es como si invitáramos a las dolorosas simientes de la pena a acudir y manifestarse. Sufrimos, nos apenamos, nos deprimimos y generamos más simientes negativas.
Seríamos más felices si intentáramos estar en contacto con las simientes sanas y alegres que residen en nosotros y en nuestro alrededor.
Tratemos de que aprender a preguntar ¿Qué no está mal?, y a estar en contacto con ello.
En el mundo y en nuestro interior existen muchos sentimientos, percepciones y conciencias saludables, frescas y reconfortantes.
Si nos bloqueamos, si permanecemos obstinadamente en la prisión de nuestro dolor, jamás estaremos en contacto con esos componentes saludables.
(Extraído de Hacia la Paz Interior, Thich Nhat Hanh)