Las cosas que más tememos ya nos han ocurrido en la vida.
Robin Williams
El temor es una de las herramientas más utilizadas para la manipulación. Es uno de los conceptos que más se maneja en psicología cuando se trata de ansiedad o depresión.
Las personas comenzamos temiendo lo evidente, lo que responde a nuestra experiencia propia. Pronto esa experiencia se convierte en un recuerdo, en una idea. Y de su interpretación dependerá que aprendamos o no, a temerla.
Esta es la gran diferencia. Imaginemos a un animal que estamos entrenando. Si cada vez que se acerca a un determinado lugar, lo castigamos, conseguiremos que no lo haga. Si además quien lo administra es siempre la misma persona, también le temerá a la persona que lo hace. También es muy posible que asocie el olor del entorno o los sonidos, a ese castigo.
Es entonces cuando comienza a aparecer el temor. En el caso de los seres humanos tenemos, además, la capacidad de construir, de imaginar. Y de pensar en todas las situaciones u escenarios posibles que podrían ocurrir. Aunque no ocurran.
Pensamos en la experiencia desagradable que aconteció. Y la vamos construyendo cada vez más con miedo. De esta forma no separamos de la realidad de lo que ocurrió y tenemos su recuerdo.Es una forma de protegernos. En cierta manera es una manera de que el la experiencia terrible y desagradable no se vuelva repetir. La evitamos. Lo que ocurre es que al evitar un recuerdo estamos al mismo tiempo evitando todo aquello que se le parece.
Esto en psicología se explica por los condicionamientos. Es la forma que tiene el cerebro de asociar una determinada experiencia a determinados indicadores que pueden estar anticipándolo.
Ésta, que puede ser muy útil, si responde a una realidad más o menos objetiva, puede convertirse en algo termina estrechando nuestro mundo y consiguiendo que muchas oportunidades o experiencias, que podamos tener nos las hagamos, por miedo.
Y esto es el temor. Algo que no responde a una realidad y que nos aleja del cambio.