Nadie sabe lo que hace mientras actúa correctamente, pero de lo que está mal uno siempre es consciente.
J.W. Goethe
Las personas que padecen un trastorno mental no son peligrosas. En absoluto. Desgraciadamente, la utilización de las patologías que muchas de ellas sufren en silencio, han servido para inspirar novelas, películas o relatos fantasiosos desde los medios de comunicación.
La capacidad del ser humano para hacer el mal, no está asociada con los trastornos mentales. Por muy reconfortante que pueda parecer. Es más, casi podríamos decir que quienes cometen delitos y padecen una enfermedad mental son una minoría.
Esto deriva en una situación que conlleva que, además de convivir con un padecimiento que les hace difícil un día a día normal, sean objeto del rechazo y de la incomprensión de muchas personas -o de una sociedad-, dada a los sensacionalismos y a las respuestas fáciles.
Porque ¿no resulta mucho más sencillo explicar la maldad de un crimen buscando una razón que culpabilice solo al sujeto?¿no es más simple que pensar que debemos invertir tiempo y recursos en educación emocional en nuestras escuelas? Esta lógica nos ha llevado a pensar que, si una persona con una psicopatía comete un delito, todas las personas diagnosticadas con este trastorno son peligrosas. Esto es rigurosamente falso.
Lo mismo es valido para cualquier enfermedad mental.
La realidad es que las mas afectadas por ellas son las propias personas y sus familias. Pero no por que sus vidas corran peligro. De hecho si algo es cierto es que quien más puede sufrir daño es el propio paciente. Puede llegar a ser tan doloroso convivir con una enfermedad mental y la incomprensión que, en muchas ocasiones, hacerse daño, se convierte en una salida. Por muy absurdo que nos pueda parecer.
Sé que desde este humilde espacio de divulgación de psicología, poco podemos hacer para conseguir que no estemos asociando continuamente los trastornos mentales -al menos algunos de ellos-, con la peligrosidad. Pero sí conseguimos que, cuando veamos una película o leamos un libro entendamos que lo que vemos son recursos efectistas y, a menudo, facilones, para conseguir más audiencia o lectores, algo habremos logrado.
A mi personalmente me ha costado mucho aceptar que el mal existe, y también que haya personas que disfrutan haciendo daño a los demás, es impresionante.
Muy buena exposición, gracias por compartirla.
Gracias!!