No reaccionar al ego de los otros es una de las maneras más eficaces de superar el propio ego, y también de disolver el ego colectivo humano.
Pero solo puedes estar en un estado de no reacción si eres capaz de reconocer que la conducta de alguien viene del ego, que es una expresión de la disfunción colectiva humana
Echart Tolle
La forma que las personas asumen sus elecciones, determina, en gran manera, como se relacionan con el mundo. ¿Quién no tiene un amigo o amiga que trata de imponerle sus opciones? Si, esas personas que parcen estar en posesión de la verdad, siempre. Puede ser desde pequeñas actitudes frente, digamos, la comida hasta permitirse juzgar las elecciones vitales de otras personas. Y la mayoría de las veces sin que su opinión sea solicitada.
En cierta forma podemos estar hablando de actitudes tóxicas que exigen a estos individuos, reafirmar sus elecciones frente a nosotros. No de una forma amable, por lo general. Un comportamiento que necesita de la comparación con los demás para poder justificar una decisión o pensamiento propio.
Lo más curioso de este fenómeno, es la absoluta falta de contraste de sus opiniones. Puede ser la utilización de la medicina «natural» hasta el deporte que debes practicar. En mi experiencia, quienes más saben, son quienes menos tratan de convencerte. El ego es incompatible con la humildad y el conocimiento.
Esta manifestación del ego denota una muy baja autoestima y, por lo general, viene acompañada de actitudes rozando el desprecio, a quien no asume sus argumentos.
Por esto la elección de la cita que encabeza mi reflexión de este jueves. No reaccionar es la mejor respuesta. Créanme. Por muy difícil que sea al principio. Exige atención, y contrarrestar con positividad estas actitudes irrespetuosas. Pero cuando se consigue que no nos importe, que pase a través de nosotros como si fuese un cristal, es maravilloso.
Recuerden: cuando alguien trata de molestarte, no le des el placer de que lo haga.