Queda poco para la vuelta al cole. Ya, hace tiempo, vemos por todos lados indicadores que nos lo hacen ver.
Desde las campañas publicitarias hasta la reserva o recogida de libros en librerías hasta la necesaria adquisición de material que acompaña a todos los comienzos de curso.
Pero, no vamos a hablar de estos aspectos hoy. Nos vamos a centrar en algo que nos parece más importante y, que en muchas ocasiones, nos pasa desapercibido hasta que las señales o el daño es muy evidente: el acoso escolar o “bullying”.
Sí, es normal que algunos niños y niñas no quieran volver al cole tras unas magníficas vacaciones de verano con la familia, amistades, en la playa, el monte o en casa de los abuelos. Sin horarios y solo llevados por la diversión es, hasta cierto punto, lógico que no les apetezca mucho volver ¿a quién sí?
Pero, hay otra realidad que puede esconder el rechazo a la vuelta al cole y que, en muchas ocasiones, nos pasa desapercibida entre las pataletas por qué las vacaciones acaban. Hay niños y niñas que tienen pánico a volver. Hay niños y niñas que no quieren ver a sus “amiguitos o amiguitas” de ninguna forma. Hay niños y niñas que la vuelta a clase es el comienzo de una pesadilla diaria de humillación, desesperanza, ansiedad y tristeza. Es algo que no se resuelve por sí solo y que puede ser especialmente agobiante para quien lo sufre.
Te dejamos algunos indicadores para identificar si esta es la situación que experimenta tu hijo o hija.
⁃ Tiene miedo de ir a la escuela, viajar en la guagua del colegio o participar en actividades organizadas.
⁃ Encuentra o inventa excusas de por qué no puede ir a la escuela.
⁃ Parece triste, malhumorado, lloroso o deprimido cuando hablamos del comienzo de las clases.
⁃ No tiene ilusión por los libros, el material escolar o las compras previas.
⁃ Se queja de dolores de cabeza, dolores de estómago u otras dolencias físicas.
⁃ Tiene problemas para dormir o tiene pesadillas frecuentes.
⁃ Experimenta una pérdida de apetito.
⁃ Parece ansioso y sufre de baja autoestima.
Estos pocos indicadores no sustituyen el conocimiento que tenemos de nuestro hijo o hija y que pueden ayudarnos a identificar las señales de un acoso escolar o el temor a volver a sufrirlo.
Cuando hables respecto a esto, no solo le preguntes si está siendo acosado. No olvides que puede sentir vergüenza de contártelo. Una mejor manera de abordarlo pueden ser preguntas indirectas como estas.
“He oído mucho sobre el acoso escolar en las noticias. ¿Está pasando eso en tu escuela?
«Estoy preocupado por ti. ¿Hay algún niño en la escuela que pueda estar molestándote o acosándote?”
“¿Hay alguien en el cole que se burle de ti?”
“¿Hay algún niño en la escuela que te deje fuera o te excluya a propósito?”
Estas preguntas pueden todavía ser bastante incómodas para muchos niños o niñas, por lo que sería interesante, entonces, abordarle con algunas preguntas sutiles:
“¿Tienes algún amigo o amiga que quieras volver a ver en el colegio este año? ¿Quiénes son? ¿Con quién sales?
“¿Con quién te sientas en el comedor y en la guagua?”
“¿Hay algún niño o niña que realmente no te guste? ¿Por qué? ¿Te molestan o te dejan fuera de las cosas?
No se trata de hacerle un interrogatorio. En muchas ocasiones una sola de estas preguntas es suficiente para darnos cuenta que algo no va bien y no debemos continuar indagando, ya que podemos hacerle mas daño al revivirlo.
No reaccione de forma exagerada. Dile que le quieres, que esto no es su culpa y que lo vas a ayudar. Qué pueden hablar contigo en todo momento.
Habla con la escuela. Llama o programa una cita para hablar con su tutor. Es probable que el profesorado esté en la mejor posición para observar la situación y tomar medidas.
Un comienzo de curso sano es esencial para su bienestar.