En muchas ocasiones, cuando hemos tenido una pérdida o una sucesión dolorosa, en nuestra vida, observamos cómo se acercan a nosotros una serie de personas, supuestamente para consolarnos.
Más allá de quien viene sinceramente, y con cierta torpeza, a hacerlo, nos encontramos con otras muchas que piensan, que por haber estado experimentando una situación dura creen un cierto derecho a entrar en nuestra intimidad.
Ocurre cuando alguien que prácticamente no conocemos se acerca para animarnos, para contarnos algo similar que cree que le ocurrió sin tener toda la información, o simplemente por pura curiosidad.
En este vídeo de hoy les animo a poner límites entre ustedes y otras personas, en este tipo de situaciones. El hecho de que uno se encuentre mal abre una puerta a un supuesto derecho de empatía falsa, que otras personas creen tener.
La mejor forma de ayudar a alguien cuando pasa en algún momento malo de su vida es estar a su lado, pendiente de lo que pueda necesitar, dejándole espacio.
Y desde luego siempre que nuestra relación con ella o con él se acercan y nos de permiso para poder entrar en su ámbito privado.