La soledad es muy hermosa … cuando se tiene junto a alguien a quien decírselo.

Gustavo Adolfo Bécquer

Los cambios en la estructura familiar en nuestro mundo occidental han hecho que el número de personas que viven solas, se incremente considerablemente.

Diversos estudios sugieren que esta “soledad”, puede estar provocando una mayor vulnerabilidad a la depresión, que además presenta factores diferenciales con respecto a hombres y mujeres. Estas investigaciones muestran que este creciente problema necesita una consideración especial. Añaden que su impacto es difícil de medir debido a que aquellos que están en más riesgo suelen ser lo menos propensos a participar en estos estudios.

Pero, quizás vale la pena detenernos en algunos aspectos definitorios que nos pueden ayudar a entender esta emoción universal.

La soledad es al mismo tiempo compleja y única para cada individuo. Un niño solitario que no consigue hacer amigos presenta diferentes características a las que tiene una anciana que acaba de perder a su pareja.

Una definición de soledad que nos puede servir para centrar nuestra propuesta, se refiere a un estado mental que provoca que la persona se sienta vacía, solitaria y no querida. La persona necesita contacto humano, pero su estado mental hace muy difícil conectar con otras personas.

John Cacioppo, psicólogo dela Universidadde Chicago y uno de los mayores expertos en esta área, señala que, aunque la soledad pueda tener algunos determinantes genéticos, la contribución de los aspectos ambientales o situacionales juegan un importante papel en su desarrollo. El aislamiento físico, el cambio de residencia o el divorcio son algunos de los más relevantes a considerar.

Factores internos como una baja auto-estima, que puede provocar que la persona sienta que no es merecedora de la atención o consideración de nadie, pueden conducir al aislamiento y soledad crónica.

Este tipo de soledad tiene una serie de efectos negativos tanto a nivel físico como mental. Las investigaciones muestran que las personas que lo padecen sufren un empeoramiento de su dieta, salud cardiaca e inmunidad. A nivel psicológico se observa un empobrecimiento de su capacidad de decisión, incremento del estrés, disminución de la capacidad de aprendizaje y de la memoria además de un aumento de su vulnerabilidad a la depresión, comportamiento antisocial o abuso de sustancias.

El propio Cacioppo propone una serie de consejos para superar la soledad

Hay algunos otros aspectos interesantes, que nos pueden servir como guía para actuar contra la soledad o prevenirla y que derivan del sentido común.

No mientas en Facebook. Estudios recientes muestran que la tendencia a poner fotos “irreales” o estados “socialmente aceptables”, en las redes sociales nos distancia de nuestra realidad y contribuye a que nos aislemos aún más de nuestro entorno no virtual. Cuanto más mintamos, mas miedo tendremos que nuestra imagen real no guste.

No mires fotos antiguas. Cuando nos sentimos solitarios, tendemos a recuperar las viejas fotos y acordarnos de los días maravillosos que ya pasaron. Esto, al contrario de lo que pretendemos, consigue hacernos sentir todavía más aislados e infelices.

No soñemos con extraños. Puede que suene poco habitual, pero lo cierto es que hay muchas personas que tienden a incluir en sus “sueños despiertos” a personas que no conocen, a famosos o, incluso, a personajes de ficción. Las investigaciones realizadas por un equipo de psicólogos encontraron una estrecha relación entre estas fantasías y la soledad.

No estés con otros solitarios. Puede parecer duro para los otros, pero se ha comprobado la capacidad de “contagio” que posee la soledad.

Estudia y fórmate. Contrariamente a lo que se pueda pensar, estudiar, formarte posee, si no se convierte en un escudo frente a nuestro alrededor, una magnífica capacidad para facilitar nuestra socialización. Aprender nos pone en contacto con otras personas con nuestras mismas inquietudes y nos ayuda a encontrar nuevas inquietudes..

Deja de fumar. Aunque hace un tiempo, fumar era una actividad social, las restricciones al uso del tabaco han conseguido dar la vuelta a este esquema social. En la actualidad, los fumadores tienen que aislarse cada vez más para poder encender un cigarrillo.

Camina en el parque. La psicóloga ambiental Frances Kuo destaca la relevancia que los entornos naturales tienen en nuestro bienestar. “Las personas son mas sociables y generosas en estos entornos”, señala la autora.

En definitiva, la soledad no es estar solo. En realidad lo que importa es la percepción de estar solo y aislado lo que resulta más importante. Podemos sentirnos solos en medio de una multitud mientras que un montañero en una travesía por Los Andes puede ir solo, pero no se siente así.

Fotografía cedida por  @madi_ramos 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *