Creía que un drama era cuando llora el actor, pero la verdad es que lo es cuando llora el público.
Frank Capra

No se si les ocurre igual. Pero, ultimamente, me cansa el drama. O quizás debería decir que lo que no estoy soportando es esta especie de postureo dramático, en el que muchas personas parecen vivir.

Lo se, puedo estar siendo injusto, y que muchos se sientan ofendidos o afectados por mis palabras. Pero, creánme, nada más lejos de mi intención.
Cuando hablo del drama, me estoy refiriendo a un tipo de comportamiento en el que la naturalidad o lo genuino, brilla por su ausencia. Las personas creen tener que expresar continuamente sus emociones, aunque no sea necesario, y nos invaden con tragedias el día a día.

Este modelo de comportamiento es tremendamente insolidario porque, quien lo practica, cierra toda posibilidad a la empatía o la compasión. Cualquier circunstancia dolorosa, se convierte en un motivo de aflicción para él o ella. Y, frecuentemente, olvidan los sentimientos de quien lo está padeciendo en primera persona.

De esta forma, nos encontramos quien se aflige por el fallecimiento de un amigo -más o menos cercano-, y pone sus sentimientos por delante de quien ha experimentado la pérdida. Olvidando las necesidades de éstos, de su apoyo y consuelo.
O quien se indigna con el drama de los refugiados y, se queda en esto, sin buscar vías para colaborar en la solución del problema.

En definitiva, este postureo dramático al que me refería al principio, no es sino otra manifestación indeseable del ego. Nos aleja de los demás y nos invalida en situaciones difíciles en las que es necesario evaluar, que papel debemos jugar en la cadena de apoyo.

Yo valoro mucho más a alguien que está cuando le necesito, que a otra persona que, continuamente, está diciéndome lo mal que ¡se siente! por mí.

Y no aparece por ningún lado.

0 respuestas

  1. Y de pronto se siente que, de a poco, nos estamos acostumbrando a todo eso. Nos bombardean con tantas situaciones devastadoras que se vuelve natural ver cosas desastrosas en el inicio de facebook, y ya no nos compadecemos.

    Creo que nos estamos haciendo inmunes a la empatía, y es triste porque, en mucho, la humanidad se va con la llegada de la apatía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *