A las personas pesimistas las envuelva un halo de amargura. Su vida oscila entre la desilusión y la tristeza.
Walter Riso

Llegar a ser realmente feliz no es un proceso de un sólo paso. Significa cambiar tu estilo de vida actual y sacar de tu vida lo que genere negatividad. Significa comprender la diferencia entre las cosas que deberían mantenerse en tu vida y las cosas que no.

No es fácil, pero una vez iniciado el proceso te preguntarás por qué no comenzaste antes. A pesar de lo que muchos puedan creer, nunca es demasiado tarde para invitar a la felicidad a tu vida.

No vayas donde no te llaman. No existe razón para que te metas en la vida de otra persona. De la misma manera tú te enfadarías si alguien se metiera en la tuya. En vez de eso, céntrate en ti y en la manera en la que puedes mejorar tu vida.

Tener expectativas. Las expectativas son la madre de todas las decepciones. Al presionar demasiado a una persona o una situación estás invitando al fracaso. Es poco probable que las cosas sean tal como las imaginas, y esta es la razón de muchas desilusiones.

Decir siempre que sí. Aprender a decir que no es una de las cosas más liberadoras que puedes aprender en la vida. Son pocas las veces que la gente dice que no sin necesidad de una excusa. No querer hacer algo es una bastante válida.

Discrepa. Sólo porque la mayoría de las personas crean que algo está bien o que algo es verdad, no significa que lo sea. La mayoría de la gente no tiene la valentía suficiente para expresar sus propias creencias y como resultado simplemente siguen los pasos de los demás, independientemente de si están de acuerdo o no.

Vivir en el pasado. El pasado se acabó y no hay nada que podamos hacer al respecto, sólo aceptarlo y seguir con nuestra vida. Es cierto que te enseñará cosas que puedes aplicar en tu futuro, pero no necesitas pensar en ello constantemente. Mientras más pronto hagas las paces con tu pasado, mejor estará tu presente. No importa quien eras antes siempre y cuando estés feliz con quien eres hoy en día.

Compararte. No eres los demás y no importa lo mucho que lo intentes, nunca serás nadie más que tú mismo. Puede que suene cliché, pero la única persona a la que le puedes ganar es a tu yo de ayer. Lo único que harás será detener tu progreso si te obsesionas con el progreso de alguien más.

Juzgar. ¿Para qué juzgar a alguien? No sabes nada de la vida de las otras personas o las cosas por las que han pasado. Deja que la gente haga lo que quiera y continúa viviendo tu propia vida.

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