El secreto de mi gran éxito, fue rodearme de personas mejores que yo
Andretv Carnegie
Las encuestas nos muestran que entre el 65% y el 75% de los trabajadores califican a sus jefes como el peor aspecto de su trabajo.
¿Es esto una queja sin fundamento o tienen razón?
Pues al parecer, la mayoría de ellos tienen razón, según un estudio llevado ya hace algunos años por Leslie y Van Velsor. El cincuenta por ciento de los jefes son unos incompetentes.
Las razones por las que no hacen bien su trabajo parecen realmente simples. Los autores, tras hacer un extensa revisión, proponen cuatro puntos (recogido en Hogan & Kaiser, 2005):
- Pocas habilidades interpersonales. Los directores malos miran de arriba abajo a sus subordinados como pequeños reyezuelos irascibles. Son insensibles y fríos, aunque puedan estar en varias organizaciones caritativas.
- No consiguen que el trabajo se realice. Programan repetitivamente objetivos ambiciosos e inalcanzables y no los consiguen. No cumplen sus promesas y tienden a traicionar tu confianza.
- No consiguen construir un equipo. Es quizás la habilidad más esencial de un buen jefe. Construir un equipo requiere cimentar la confianza, asignar responsabilidades y metas, promover una comunicación fluida y proporcionar liderazgo. Los malos son incapaces de hacerlo.
- No pueden afrontar sus nuevos cometidos. Vaya usted a saber como han llegado hasta aquí, pero parece claro que el puesto les queda grande. Una vez que han tomado posesión, todo comienza a desmoronarse.
La pregunta sería, si el cincuenta por ciento son tan malos ¿cómo han llegado hasta aquí? La respuesta es bien sencilla: tienen cualidades deseables y saben venderse bien. La mayoría de estos “jefes inadecuados” saben como decir la palabra justa en el momento adecuado, carecen de empatía o tienen una personalidad marcadamente narcisista.
Estas características resultan realmente “vistosas” a aquellos que los contratan o que están por encima de ellos. Hasta que el castillo de naipes se cae y todo el mundo se pregunta ¿qué habrá podido ocurrir?
Menos quien trabaja para ellos.
Un comentario
Buen artículo.
Un jefe debería ser un líder. Alguien a quien se sigue porque uno cree y confía en él. Pero algunos, en vez de como líderes, actúan más bien como caciques.
Saludos 🙂