Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas.
Facundo Cabral
¡Aquí se viene a trabajar! no a divertirse. Desde luego uno de los hits más populares de un modelo laboral caduco y alienante. En tiempos en los que parece cada vez más evidente (científicamente) que la productividad y la satisfacción laboral van de la mano, resulta incomprensible que todavía se plantee el lugar de trabajo como un espacio de aburrimiento, hastío y falta de motivación.
La aplicación de los modelos basados en la psicología positiva están demostrando la importancia que tiene la felicidad en el ámbito profesional, además de su incidencia directa en la motivación, implicación, en el (poco) absentismo laboral y en el sentimiento de pertenencia en los diferentes espacios laborales.
Y entonces ¿por qué no nos ponemos a aplicarlo de inmediato a todos los niveles? Pues bien, probablemente porque seguimos luchando con conceptos del pasado en los que se asocia trabajar con aburrimiento o alienación. Tampoco contribuye al cambio otras ideas que, envueltas en un pretendido buenismo positivista, nos lanzan frases como ¡si no te gusta tu trabajo cámbialo! o ¡encuentra un trabajo que te guste y no trabajarás en toda tu vida!. Ambas son ideas tremendamente tóxicas que, en lugar de propiciar un cambio en la relación que podamos tener con nuestro desarrollo profesional perpetúan la idea de que este será siempre aburrido.
La primera nos está invitando a no perseverar, a no intentarlo o, simplemente a abandonar todo aquello que, supuestamente no nos agrada, a las primeras de cambio. Una propuesta que va en contra de la capacidad individual que tenemos cada uno de nosotros para innovar, ser creativos e intentar modificar aquello que no nos gusta. Esta frase encierra una enseñanza terriblemente inmadura que nos sugiere que debemos estar «felices» en todo momento y que, además, son factores externos los que nos provocan nuestra felicidad.
La segunda es, si cabe, todavía más perniciosa ya que, directamente asocia el trabajo a aburrimiento. Nos dice que si nos gusta nuestro trabajo, pues no estamos trabajando, sino divirtiéndonos. Una nueva invitación a considerar el mundo laboral como un lugar gris, aburrido y desmotivante.
Frente a estas ideas caducas o simplemente equivocadas, desde la psicología positiva aplicada a las organizaciones se incide en aspectos emocionales que propicien una relación sana con nuestro trabajo. Propósito, implicación, cambio, respeto, valoración … son algunos de los aspectos que recoge esta aplicación de la psicología al mundo laboral.
Empecemos cambiando las ideas que subyacen a estas tres frases que he examinado para ustedes. Verán que el resto será mucho más fácil.