¿DÓNDE ESTÁ LA CREATIVIDAD?

No he fallado, solo he encontrado 10000 maneras en que no funciona

Thomas Edison 

¿Has escuchado a alguien decir alguna vez algo así?: “Juan es verdaderamente creativo. ¡Me encantaría ser como él! Suena como si la creatividad fuese una habilidad o talento natural, como pintar o cantar. En otras ocasiones, sin embargo, oímos como alguien nos comenta “voy a un seminario para aprender a ser más creativo” ¿Con qué nos quedamos? ¿Es innato o se aprende?

Según nos propone Arne Dietrich en un interesante trabajo publicado en 2004 se identifican cuatro tipos de creatividad asociados a diferentes actividades cerebrales y puede estar basada en lo emocional o en lo cognitivo y, asimismo, puede ser espontánea o deliberada.

Trabajo duro. La creatividad deliberada y cognitiva es la que surge de un proceso de trabajo perseverante en una determinada disciplina. Es el caso de Edison, inventor de la bombilla. Llevó a cabo experimento tras experimento antes de encontrar aquello que buscaba. Además de la electricidad, inventó el fonógrafo o la cámara de cine. Suya es la cita que preside este artículo.

Este tipo de creatividad viene del córtex prefrontal de nuestro cerebro. Esta zona cerebral nos permite hacer dos cosas: prestar atención consciente y conectar con la información existente en nuestro cerebro. Para que esto ocurra, debemos tener un conocimiento previo sobre lo que estamos trabajando. Cuando somos creativos de esta forma, combinamos información existente, de forma novedosa.

Esos momentos difíciles. Si has padecido una crisis personal (ruptura sentimental, un despido o un mal negocio, por ejemplo) y de repente eres consciente de la cadena de circunstancias o malas decisiones que pueden haber provocado la misma, estás teniendo un momento de creatividad emocional y deliberada. Este tipo de creatividad también implica al córtex prefrontal. Esta es la parte deliberada, pero en lugar de centrar la atención en un área particular de conocimiento o de experiencia, cuando surge esta creatividad “del momento”, estaremos en un momento emocionalmente delicado o incluso crítico de nuestra existencia. Es otra área del cerebro, el córtex cingulado, la que procesa los sentimientos complejos que tienen que ver con la forma de relacionarnos con los demás o nuestro lugar en el mundo. Son estas dos áreas cerebrales, que están conectadas, las que se muestran activas con este tipo de creatividad.

Brain-Art-Idea

Momentos “Eureka”. ¿No te ha ocurrido que estás intentando resolver un problema y no hay forma? Debes tratar de sacar adelante un proyecto en el trabajo y se te va el tiempo. No das con la clave. Sabes que lo puedes hacer pero estas “atascado”. Horas dándole vueltas y no hay forma. De repente, te vas a desayunar y la solución surge como “por arte de magia”. Siempre había estado. Este es un buen ejemplo de creatividad espontánea y cognitiva.

Este tipo de creatividad implica una nueva área del cerebro, los ganglios basales. Aquí se almacena la dopamina, y forma parte de ese cerebro que opera fuera de nuestro control consciente. Cuando tenemos un momento espontáneo, nuestro cerebro deja de trabajar en el problema de forma consciente y permite a nuestra parte inconsciente que se muestre. Si una determinada situación requiere que veamos las cosas “desde fuera”, necesitamos salir de esta cadena de pensamiento haciendo otra cosa. De esta forma, nuestro córtex prefrontal es capaz de conectar con el procesamiento mental inconsciente y nos puede proporcionar la solución a nuestro quebradero de cabeza.

Es la historia de Newton y la manzana. La teoría de la gravedad surge de un momento de relax. Pero este tipo de creatividad sigue necesitando de un cuerpo de conocimiento previo. Es la parte cognitiva.

Epifanías. La creatividad espontánea y emocional viene de la amígdala. Es esta parte del cerebro en donde se procesan las emociones básicas. Cuando el cerebro consciente y el córtex prefrontal están descansando, surgen las ideas espontáneas y novedosas. Este el tipo de creatividad en la que pensamos cuando nos imaginamos a un músico componiendo o a un pintor elaborando un cuadro. Muy a menudo, estos momentos espontáneos y emocionales son realmente fuertes, como una experiencia religiosa o epifanía. No es necesario tener un conocimiento previo, ya que no es cognitivo pero, desde luego, que es necesario tener las habilidades como saber escribir o pintar suficientes para poder plasmarla.

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