Como es nuestra confianza, es nuestra capacidad.
William Hazlitt
La mayoría de nosotros lo hacemos. La vida no parece ir como pensábamos, no fluye. Nos desesperamos y nos frustramos. Y de aquí nos cuesta mucho salir. Parece como si cualquier pequeño obstáculo nos paralizase y no nos dejase movernos. Sentimos soledad y tristeza.
¿Por qué pasa esto? Son muchas las razones que pueden llevarnos a que nos saboteemos inconscientemente. Les dejo dos de ellas y como afrontarlas.
Nos comparamos. Es un mecanismo casi automático. Estamos permanentemente mirando a nuestro alrededor en busca de referencias. Somos mas altos, mas guapas, menos simpáticas, menos listos … y así una lista interminable que alimentamos a diario. Esto nos separa de nosotros mismos, nos aleja de nuestra aceptación.
Debemos ser consciente de esto y comprender que no es bueno para nosotros. Cada vez que lo hagamos, parémoslo. No permitamos que este pensamiento automático se siga alimentando. Es costoso al principio, puesto que implica arrancar de raíz una hierba que hemos estado cultivando desde que somos pequeños.
La clave está en no comparar, ni siquiera en positivo. Aprendamos a conocernos para apreciar como cambiamos, como poco a poco conseguimos aceptarnos. Y ahí comienza el viaje.
Cuidemos nuestro dialogo interior. No nos asustemos. No se trata de que hablar solos. Se trata de hacerlo con nosotros, íntimamente. En muchas ocasiones, somos nuestros peores enemigos. No nos damos ni un pequeño margen de confianza y decidimos que no somos capaces. Nos prohibimos avanzar simplemente porque creemos que no podemos hacerlo.
Combatir esta autocensura no es sencillo, y en muchos casos exige la ayuda de un profesional de la psicología que nos ayude pero, al igual que en el punto anterior, si no empezamos, no lo sabremos.
Éstas y muchas otras trabas las ejercemos sobre nosotros sin piedad. Y lo que es más curioso, conformándonos con que es así como debe ser. Y, cuando alguien nos sorprende más allá de lo imaginable lo admiramos, siendo incapaces de ver que quien más nos puede sorprender late con nuestro corazón y siente con nuestro cerebro.
¿Quién será?