No puedes intentar hacer las cosas, debes hacerlas

Ray Bradbury

Estamos en verano. Es otra de las fechas en las que nos gusta hacer nuevos planes para llevarlos a cabo cuando terminen nuestras vacaciones. En general, estos planes no los empezamos siquiera. En otros casos, conseguimos introducirlos en nuestra vida, pero nos aburrimos, nos cansamos y abandonamos.

Como millones de personas, tenemos las mejores intenciones pero las dejamos a nuestra motivación y voluntad para llevarlo a cabo y ¡no funciona!

¿Qué podemos hacer?

Cuando empezamos cualquier proyecto de mejora personal, estamos entusiasmados. Muy motivados por pensar en lo que podemos conseguir y seguros de lo que no queremos. Pero esta motivación disminuye con el tiempo.

Y cuando ocurre esto acudimos a nuestro segundo reservorio, la voluntad. Pero ésta no es inagotable. Es un recurso que nos puede ayudar durante un tiempo y se pierde. En cualquier ocasión que nos forzamos a hacer algo que realmente no queremos hacer, gastamos algo de esa reserva. A lo largo de un día de uso, esta fuerza de voluntad tan útil en determinadas ocasiones simplemente puede no estar. Esta es la razón por la cuál muchas personas tiran por la borda su dieta en la cena tras haber comido saludablemente durante todo el día.

Más del noventa por ciento que lo que hacemos está dictado por nuestra mente subconsciente, esa parte de nuestro cerebro que parece un piloto automático. Así podemos limpiar nuestros dientes o conducir un coche sin realmente pensar en ello. Y, aunque puede resultar muy útil, en ocasiones nos lleva a una sensación de automatismo vital que puede ser enormemente agobiante. Especialmente porque muchos de estos hábitos los mantenemos sin tener mucha idea de porque lo hacemos.

Pero si decidimos conscientemente aquello que queremos introducir en nuestra vida, tenemos la posibilidad de tomar las riendas y cambiar aquello que queramos. Estableceremos nuevos patrones mentales y no tendremos que estar “tirando” continuamente de nuestra motivación o voluntad.

Les proponemos siete pasos para conseguir que cualquier nueva actividad se convierta en un nuevo hábito.

091215_do

Pequeñas metas

Tenemos la tendencia a establecer grandes metas. Pero empezar con pequeños objetivos, incluso aburridos, tiene más posibilidades de conducirte al éxito. Meditar 10 minutos o caminar media hora al día, resulta mucho más asequible que pensar en dos sesiones al día de meditación o en un plan de entrenamiento para correr una maratón que exige un compromiso casi vital para conseguirlo.

Utiliza disparadores

Un disparador es algo que te lleva a hacer algo automáticamente. Por ejemplo, un fumador se le dispara el deseo de fumar inmediatamente después de comer. Utilicemos esto a nuestro favor. Dejar la ropa para ir a correr preparada por la noche antes de acostarte, te anima a levantarte y salir a hacer ejercicio por la mañana.

Hazlo temprano

Siempre que puedas es mejor intentar introducir tus nuevos hábitos a primera hora de la mañana. Desayunar sano o salir a caminar temprano, ayudará a que nos acostumbremos a hacerlo.

Prepárate

Como hemos comentado más arriba, si esperamos a encontrar la ropa para salir a caminar a primera hora o no tenemos comida sana en casa, el establecimiento de nuestro nuevo hábito va a resultar mucho más complicado.

Adáptalo a ti

Por mucho que queramos ir al gimnasio a primera hora de la mañana, si nuestro horario de trabajo nos lo pone complicado, no podremos. Es vital encontrar el sitio adecuado para nuestro nuevo hábito más que intentar encajarlo a la fuerza en una agenda imposible.

Hazlo divertido

Muchos de nuestros nuevos planes parecen estar pensados en nuestra contra más que para mejorar nuestra vida. Si no nos divertimos, si lo que hacemos no nos gusta, no lo conseguiremos. Empezar con un curso de cómo cocinar sano o salir a correr con amigos es una buena opción.

Apúntalo

La vieja estrategia del calendario funciona. Si planificas hacer algo nuevo y vas chequeándolo a medida que lo consigues obtendrás una motivación extra que te hará ver que puedes ir más allá en tus objetivos.

Ahora solo queda decidir que planes tienen.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *