La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando
Pablo Picasso
Si cada vez que alguien nos dice que lo que estamos pensando, o proyectando, no es posible, es probable que muchas de las cosas que hemos conseguido a lo largo de nuestra vida, se queden en lamentaciones de un podría haber sido.
Esta es la realidad que se encuentran muchas personas con ánimo emprendedor o innovador que deciden desafiar estos augurios y lanzarse a materializar una idea, un proyecto o un sueño. Porque, aunque parezca algo evidente, si no lo intentamos nunca vamos a saber si era posible.
Este sería el primer paso, que deriva de ese impulso propio hacia la acción. A continuación vienen otra serie de etapas que deben estar planificadas con la mayor honestidad posible. Querer es el primer paso. Saber lo que necesitamos para poder, el segundo.
Es en este escalón para la materialización de una idea donde se estancan muchas personas. Lo que vale la pena exige esfuerzo, tenacidad, conocimientos y altas dosis de flexibilidad, que nos permita rehacernos cuando los planes no se están desarrollando como queríamos o creíamos.
En esta fase de posible desesperanza en la que podemos pensar en tirar la toalla o nos lamentamos de no haber hecho caso a quien nos dijo que no era posible, es cuando debemos utilizar nuestra resiliencia, la capacidad de sobreponernos, y continuar adelante.
Recuerden, si fuera fácil cualquiera lo haría. Por esto es tan importante confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades. Ser realistas, por supuesto, pero no olvidar que nuestros sueños solo se materializarán si trabajamos para conseguirlos.