La detección de mentiras fijándonos en los gestos es algo de lo que ya he escrito antes, pero me parece muy relevante recoger aquí un interesante estudio llevado a cabo por el equipo de Richard Wiseman, y que contradice una de las máximas más extendidas sobre detección de mentiras.
Como recoge en su artículo, la Programación Neurolingüística sostiene que determinados movimientos oculares son indicadores fiables para saber si alguien miente o no. Si una persona mira hacia arriba y a la derecha está mintiendo sin duda y si lo hace a la izquierda podemos estar seguros de que lo que dice es totalmente cierto.
En el estudio llevado a cabo por Wiseman se concluye que esta hipótesis no se sostiene de ninguna forma, independientemente, incluso de que los participantes en el estudios la conocieran o no.
Como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, detectar mentiras es algo bastante más complejo que lo que sugieren todas estas técnicas que se han popularizado tanto en los medios de comunicación como en la ficción.
Lo que nos aporta el estudio de Wiseman es la base científica que permite desautorizar este tipo de creencias. Son experimentos que muchas veces pasan desapercibidos al gran público y que constituyen la forma que tiene la ciencia de comprobar las hipótesis.