Son muchas las veces a lo largo del día que escuchamos esto de “mirar el lado positivo” o “el vaso medio lleno”. Quien nos propone que hagamos esto nos está aconsejando sobre una forma de orientar nuestra forma de ver la vida, el pensamiento positivo.
Ya son muchas las investigaciones que constatan los múltiples beneficios del pensamiento positivo y del optimismo. Pero ¿esto realmente funciona? De hecho, estos estudios sugieren que quienes piensan de forma positiva no solamente están más saludables y menos estresados, sino que su estado general de bienestar es mayor.
Según la psicóloga positiva, Suzanne Segerstrom, los optimistas muestran una mayor capacidad para enfrentar los contratiempos. La forma en que lo hacemos, en que abordamos estos reveses, es lo que define nuestra positividad o no. Podemos ver un problema o un reto. Y esto es lo que definirá como lo afrontamos.
Teniendo en cuenta nuestra tendencia natural a sobreestimar lo negativo (una sola crítica desactiva al menos siete alabanzas, y en algunos casos muchas más), este ejercicio de cambio es, al menos en principio, una forma de intentar equilibrar la balanza.
Incluso si no consideras que pensar positivamente te pueda beneficiar, te mostramos varias razones que podrían convencerte de ello.
Quien piensa en positivo, afronta mejor el stress
Cuando se enfrentan con situaciones estresantes, los optimistas afrontan mejor el estrés que los pesimistas. En un interesante estudio, los investigadores hallaron que cuando los primeros sufrían una decepción (como puede ser no encontrar un trabajo), tendían a enfocarse en lo que podían hacer para resolver la situación. Más que regodearse en su frustración o en aquello que no podían cambiar, desarrollaban un plan de acción que les permitiese abordar las cosas de otra forma. Los pesimistas, por otro lado, simplemente asumían que no tenían control sobre la situación y que no podían hacer nada por remediarlo.
El optimismo puede mejorar tu inmunidad
La inmunidad es una de las áreas en las cuales tus pensamientos y actitudes pueden tener una importante y poderosa influencia. En un estudio reciente, se encontró que la activación en áreas cerebrales asociadas a emociones negativas, conducían a una respuesta más débil a la vacuna de la gripe. Los investigadores encontraron que aquellas personas que eran optimistas acerca de una parte importante de su vida, como que tal iban en la escuela, exhibían una respuesta inmune más fuerte que aquellos que tenían una visión más negativa de la situación.
El pensamiento positivo es bueno para la salud
Ser optimistas no solo tiene impacto en la habilidad para afrontar el estrés o en nuestra inmunidad. Su efecto ser extiende a nuestro bienestar general. La Clínica Mayo informa de un importante número de beneficios para la salud asociados al optimismo, incluyendo una disminución del riesgo de fallecimiento por problemas cardiovasculares, menos depresión y una mayor esperanza de vida. Mientras que los investigadores no tienen muy claro en porque esto ocurre, apuntan a que la gente positiva pueda tener un estilo de vida más saludable. Afrontando el estrés y evitando conductas poco saludables, son capaces de mejorar su salud y bienestar.
Te puede hacer más resiliente
La resiliencia se refiere a nuestra habilidad para afrontar los problemas. Las personas resilientes son capaces de encarar una crisis o un trauma con fuerza y determinación. En lugar de verse superados por esta situación estresante, tienen la habilidad para seguir adelante y, eventualmente, superarla. Cuando nos enfrentamos a un reto, los optimistas buscan la forma de resolverlo, en lugar de abandonar o resignarse.
Los investigadores han podido comprobar, asimismo, como en una situación de crisis como puede ser un ataque terrorista o un desastre natural, los pensamientos positivos de las personas resilientes, proporcionan una suerte de colchón frente a la depresión. Afortunadamente, los expertos creen que este modo de pensar se puede enseñar.
A modo de conclusión
Antes de que nos pongamos nuestras gafas rosa, es muy importante que destaquemos que el pensamiento positivo no va de tener un acercamiento “buenista” a la vida y a sus contratiempos. Pensar de forma positiva consiste, en resumen, en ser conscientes de nuestras habilidades y capacidad para abordar los problemas como retos. Es una forma realista de ver la vida que se centra en las soluciones, no en los problemas.
Qué buen artículo Leocadio. Como digo yo, el optimismo es la cara amable de la realidad. No la perdemos de vista. Se afronta mejor. Un abrazo.
Otro para tí amigo mío!!
la teoría es fácil , yo soy una persona que baila entre pesimismo y optimismo mas pesimista como optimista a menudo veo el vaso vació ,y no se como se puede controlar esto …me gusta y leo todo lo que publicas pero no se poner en practica
Creo que el artículo del próximo sábado te ayudará!