Vivimos unos días cuando menos, paradójicos. Por un lado, asistimos, asombrados, a como se desvela, en todo el mundo, las interioridades financieras truculentas, de muchísimas personas. Por otro lado, en España, comienza el periodo de declaraciones de la renta anuales.
Y, aunque esto pueda parecerles poco relacionado con la psicología, a este psicólogo le llama la atención. Porque llevo toda mi vida profesional reclamando como esencial la coherencia. La que debe existir entre lo que educamos y lo que practicamos. La importancia del modelo para asegurar que lo que enseñamos tiene arraigo. Y como, por mucho empeño que le dediquemos, en años y recursos, a promocionar valores solidarios, responsables, saludables … estos se irán al garete con un mal modelo.
Paradójico es como criticamos a los programas «basura» de televisión y llenan las audiencias. Nos rasgamos las vestiduras cuestionándonos la educación de quienes los ven. Por cierto, son un montón de personas. Y, sin embargo, vemos salir a políticos, empresarios, deportistas, justificando su incivismo, al no seguir las mismas reglas que todos debemos seguir en cuanto toca vaciarse el bolsillo para Hacienda.
Lejos de estar de acuerdo con las audiencias y los sistemas impositivos, no creo que lo que estemos haciendo ver a nuestros jóvenes tenga mucho que ver con la educación que predicamos. Al contrario.
Estamos enseñando a hacer trampas, a la consabida picaresca, que no es patrimonio de los hispanos o latinos, más bien lo es de los hipócritas. Independientemente de su nacionalidad.
No deja de ser sangrante que quienes dictan la moral, sean los primeros en incumplirla. Y por eso, no los respeto. En absoluto.
Totalmente de acuerdo. Esto está tan podrido, dura tanto en el tiempo, que ya parece normal. Todo esto es casi cotidiano. No tengo idea donde se fraguó esta generación, me recuerda a esos seres engendrados por Sauruman en el Señor de los anillos, por cierto, igualmente es ese el ojo que todo lo ve….A veces hablo con mis hijos de esto y como lo han visto, lo escuchan, no se hace nada de nada, pues eso…me pregunto yo, como explicó que esto no es Normal?. Hace muy poco escuche la entrevista al Señor presidente y me resulta sorprendente como justifica a los cientos de miles de chorizos diciendo que también existe gente honrada. Pues si, mi abuelo y mi padre. Las personas más honradas que he conocido, por eso no hay ninguna calle ni avenida con su nombre.
Asqueado es poco, estoy harto de Metoclopramida hidrocloruro para no vomitarme en sus chaquetas…Un saludo