Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal
James Clear
Todos queremos ser mejores personas, trabajar mejor, aprovechar más nuestro tiempo, concentrarnos con más facilidad … y no lo conseguimos. Y parece que en estos tiempos que nos está tocando vivir resulta todavía más complicado.
Hoy quiero compartir con ustedes una de las claves que nos pueden ayudar a conseguir lo que ansiamos. A convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos:
¿Cuál es el truco?: los hábitos.
En mi libro La felicidad: qué ayuda y que no, les dedico un apartado. Aunque los hábitos, junto con la rutina son vilipendiados por muchos, constituyen una parte esencial de una vida productiva, satisfactoria y con sentido.
Todos recibimos buenos consejos a lo largo de nuestra vida -lo sé, y muchos otros terribles-, pero de estos no hablaremos hoy. Volviendo a los buenos, si lo son, ¿por que todavía tenemos tantos problemas?
Posiblemente una de las principales razones es que por mucho que sepamos lo que debemos hacer, aquello que nos irá bien ¡No va a servir de nada si no lo hacemos!
Las cosas no funcionan aprendiendo cuáles son.
Funcionan si cambiamos nuestros hábitos y creamos unos nuevos, duraderos y beneficiosos.
Para conseguirlo muchos de nosotros lo confiamos a la fuerza de voluntad. No vamos mal encaminados ¡pero no es suficiente por sí sola!
Está bien si la utilizamos como una chispa que enciende la hoguera, pero no es una estrategia muy efectiva por sí sola. Porque algunos días, simplemente no tendremos la fuerza de voluntad, estaremos estresados, distraídos, cansados …
Y bajaremos la guardia.
Es aquí, precisamente: cuando la parte consciente de nuestra mente está pensando en otra cosa, cuando nuestros hábitos se hacen cargo y nos hacen seguir adelante.
Una buena estructura de estos hábitos incrementa sustancialmente nuestra satisfacción vital. Nos da una sensación de logro a la vez que nos hace sentir que estamos construyendo algo.
Para ello debemos estructurar estrategias que fomenten la repetición, la práctica y la regularidad de estos. Y no olvidar recompensarnos por el cumplimiento de los comportamientos deseados.
Cuando escuchemos un buen consejo sobre cómo mejorar nuestra vida, recordemos que no es suficiente con saberlo.
Para qué funcione ¡debemos convertirlo en un hábito!