Algunas relaciones son más una carga que un apoyo. ¿A qué si? Nos vamos dando cuenta, a veces, que estamos cometiendo un error que está convirtiendo nuestra vida en un calvario. Empleamos toda nuetra energía y alegría para llegar a las expectativas de la otra persona. Pero nada parece ser suficiente.
Entras en un círculo vicioso, en el que pierdes tu personalidad, identidad, dignidad y ganas de vivir.
En el fondo sabes que la única solución, que no quieres aceptar, esté delante de ti. Debes dejar esta relación y buscar otro camino.
Sin embargo hay una serie de razones que obstaculizan que veas la salida.
- Temes hacerte daño y hacerle daño a los demás
- Es como una adicción. Como si estuvieses abusando de drogas, sabes que te está destruyendo pero no te sientes capaz de dejarlo.
- Rechazas aceptar la verdad de la situación y vives con la esperanza de que ocurra un milagro y todo cambie.
- No quieres que sientan pena por ti.
- Tienes miedo a lo desconocido.
Antes de tomar una decisión debes tener claro que tu relación es disfuncional. Todas las relaciones pasan por altibajos, pero si alguna o varias de estas condiciones te resulta familiar, debes saber que la relación en la que estás es como un virus, que te enfermará y conseguirá que olvides la vida que tienes derecho a vivir.
Lo sé, resulta sencillo decirlo. Pero tu estás dentro y sólo pensarlo te hace temblar. Busca apoyo para hacerlo. Necesitas imaginar como puede ser tu vida o lo que desearías que fuese tras finalizar con esta relación tóxica. El apoyo de profesionales es una buena opción que te puede ayudar a cambiar el rumbo de tu vida.
Al comienzo de este camino se puede producir un proceso de duelo, aunque resulte contradictorio. Esto es algo normal, muy similar a cuando se abandona una adicción. Poco a poco, irás recobrando el control de tu vida. La culpa desaparecerá y sentirás que has tomado la decisión adecuada.