Era tu imaginación la que utilizabas cuando pintaste por primera vez con los dedos. La que te permitía ver en los borrones aquello que tú querías ver. La imaginación es algo cotidiano, profundamente humano, y está asociada a nuestra vida, nuestros sueños y nuestra evolución. Es, en gran medida, lo que mueve el mundo.
Pero, ¿qué es exactamente la imaginación y cómo funciona en nuestro cerebro? Vamos a descubrirlo.
¿Por qué es tan importante la imaginación?
Todo avance, toda creación, empieza en la mente. Antes de inventar, construir o actuar, alguien tuvo que imaginar.
La imaginación no es solo un recurso para artistas o niños, es una capacidad mental que usamos cada día: para anticipar escenarios, resolver problemas, recordar con emoción o planificar con esperanza.
Un sencillo ejercicio para entender tu mente
Cierra los ojos un momento. Imagina un cuenco con fruta. Probablemente, verás manzanas, naranjas, quizás un racimo de uvas. Fácil, ¿verdad?
Ahora, imagina que esas frutas comienzan a hablar entre ellas. Las manzanas discuten con las uvas; las naranjas les responden. ¿Qué están diciendo? Aquí ya no resulta tan sencillo. Tu cerebro está intentando crear algo nuevo con piezas de lo ya conocido. Y ahí es donde entra en juego la imaginación.
La imaginación y el cerebro: una danza compleja
La percepción y la imaginación comparten circuitos neuronales. Pero, mientras la percepción puede entrenarse para hacerse más precisa, la imaginación exige ir en sentido contrario: crear lo que nunca se ha visto.
Según el neurocientífico Gregory Berns, cuando intentamos visualizar algo totalmente nuevo, el cerebro protesta: lo hace trabajar demasiado. Y como buen ahorrador de energía, tiende a reciclar información preexistente. Pero si repetimos el proceso, las conexiones cerebrales se fortalecen, y el acto de imaginar se vuelve más fluido.
Las redes cerebrales del pensamiento creativo
Scott Barry Kaufman, neuropsicólogo, nos invita a abandonar el mito del «cerebro derecho vs. izquierdo». La creatividad ocurre en todo el cerebro, gracias a la interacción de varias redes:
Red de atención ejecutiva
Es la que se activa cuando enfocamos la atención en una tarea específica. Por ejemplo, hablar en público o resolver un problema urgente.
Red por defecto (red imaginativa)
Se activa cuando recordamos, pensamos en el futuro o creamos escenarios. Es clave en la empatía, las relaciones y la introspección.
Red relevante
Esta red selecciona y prioriza información tanto del entorno como de nuestros pensamientos. Decide qué merece ser procesado en cada momento.
La interacción entre estas redes explica por qué, mientras conducimos o nos duchamos, de pronto surgen ideas brillantes: el cerebro está relajado y libre para conectar sin esfuerzo.
¿Se puede entrenar la imaginación?
Sí. Y como cualquier otra habilidad, cuanto más la practicas, mejor funciona.
Nuevas experiencias, nueva imaginación
La clave está en exponerse a lo nuevo. Leer, viajar, observar, conversar con otros, escuchar música distinta, experimentar arte… Cada nueva vivencia enriquece el «almacén» del cerebro y le ofrece materiales para construir nuevas ideas.
Ejercicios cotidianos
- Imaginar diferentes finales para una historia conocida.
- Visualizar cómo sería tu día si lo vieras desde los ojos de otra persona.
- Preguntarte: ¿qué pasaría si todo funcionara al revés hoy?
Imaginación y bienestar emocional
La imaginación también nos ayuda a regular nuestras emociones, anticipar soluciones, y comprender mejor al otro. En terapia psicológica, muchas técnicas (como la visualización o el role-playing) se apoyan en esta capacidad.
Cultivar la imaginación no solo estimula la creatividad, sino que también mejora nuestra salud mental.
No le pongas puertas a tu mente
Ahora que sabes un poco más sobre el funcionamiento de tu cerebro y el poder de tu imaginación, permítete jugar, explorar, salir de lo conocido. Porque, como ya intuiste cuando eras niño, imaginar es también una forma de vivir.
¿Te gustaría saber cómo potenciar tu imaginación en tu proceso personal? Te invito a contactar conmigo o a explorar los recursos psicológicos que comparto en este blog. Juntos podemos entrenar tu mundo interior.