Mucho Calor

El calor nos afecta. Esto parece algo indudable. Más allá de la incomodidad física o de sus posibles perjuicios para nuestro medio ambiente, parece evidente que una ola de calor como la que nos azota en estos días, tiene efectos, importantes, en nuestra estabilidad emocional.

En un reciente artículo publicado en El País se recoge como la ola de calor que vivió España en 2003 tuvo sus efectos en la salud mental de muchas personas. El calor incrementa la irritabilidad e incita a una conducta más agresiva, según un trabajo en Psychiatric Services por el equipo de A. Bulbena, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona. Asimismo, es conocido que en la época del año de mayor luminosidad empeoran los cuadros eufóricos y maníacos.

Un estudio realizado en el Centro de Salud La Unión en Murcia analizó los datos de los informes de urgencias del Hospital Psiquiátrico Román Alberca durante 9 años, y los enfrentó con los partes meteorológicos locales. El resultado fue sorprendente: los días con brisas y vientos del este crecieron las urgencias psiquiátricas (también las jornadas cubiertas y lluviosas), los delirios crecieron con una humedad superior al 60% y los trastornos obsesivos compulsivos con temperaturas superiores a 30 ºC.

V. Martínez-Otero, doctor en Psicología y profesor de la Universidad Complutense, explica que el calor intenso tiene un impacto negativo sobre el estado de ánimo: “Puede generar decaimiento, fatiga y al mismo tiempo puede traducirse en irritabilidad, cambio en el ánimo, por no hablar del impacto sobre el descanso. Cuando hace mucho calor cuesta conciliar el sueño y eso incrementa la sensación de cansancio y malestar general durante el día, que al final conduce a un peor humor”. Los efectos del calor sobre el mal dormir han sido constatados en estudios científicos recientes.
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