Partir de un examen y análisis sincero de nosotros mismos, de nuestras potencialidades, es el cimiento indispensable para poder plantearnos la consecución de cualquier objetivo.
Si no nos conocemos, difícilmente sabremos cómo empezar a hacerlo y corremos el peligro de embarcarnos en proyectos para los que no estamos preparados.
Por esto saber lo que necesitamos para empezar, por muy obvio que parezca es el comienzo de cualquier empresa que nos propongamos.