El hombre tiende a ocultar su propio libre albedrío detrás de su supuesta flaqueza de voluntad.
Viktor E. Frankl
¿Tenemos los seres humanos la capacidad de hacer nuestras propias elecciones y determinar nuestro destino? Es decir ¿tenemos libre albedrío? ¿O está en nuestro futuro determinado exclusivamente por poderes fuera de nuestro control, como la física o la biología del cerebro?
La cuestión de la libertad de elegir o, lo que es lo mismo, el libre albedrío, ha sido el objeto de debates y publicaciones, desde tiempos inmemoriales, de filósofos, religiosos o científicos, que han examinado la cuestión desde un punto de vista psicológico, biológico, o moral.
En lo que si parece haber consenso es en que muchas conductas o pensamientos están profundamente influenciadas por nuestra genética, y nuestra química cerebral. Desde la psicología se ha podido demostrar que creer en nuestra libertad de elegir, tiene una influencia positiva en nuestra salud mental, mientras que lo contrario puede provocar que las personas sean más agresivas y menos generosos. Mientras seamos conscientes de que hay muchos factores que pueden influenciarnos de forma inconsciente, puede resultar más saludable pensar que puedan tener control sobre nuestro destino que todo lo contrario. Obviamente estamos influenciados por multitud de factores que determinan cómo podemos actuar, comportarnos, incluso pensar. Creer lo contrario es, simplemente, llevarnos a una enorme confusión y frustración.
Quizás nuestro trabajo propio deba ir hacia ese camino. A ser conscientes de que pueda estar determinándonos, saber si podemos modificarlo, o si es algo con lo que tenemos que convivir, y dedicar nuestros esfuerzos aquello que realmente podamos cambiar, o controlar..
En el fondo estamos hablando de un balance consciente, que nos permita apreciar hasta qué punto nuestras decisiones, comportamientos o forma de pensar, puedan estar condicionados por aspectos inamovibles, o no. Y hasta qué punto podemos superar su influencia. Luchar contra algo que objetivamente no podemos modificar, no va a ser nunca el camino. Y es muy probable que nos quite energía y fuerza para todas aquellas cosas que si podemos cambiar y que si pueden estar sujetas a nuestro libre albedrío.