Difícil. Por mucho que lo intentemos, no podremos entender la propensión humana a hacer daño a otra persona. Creánme, me dedico al estudio de la mente ¿racional?, y se hace complicado, por no decir imposible hacerlo.
Las redes sociales han amplificado la posibilidad de exponer el odio y las miserias de cada uno al público en general. Estos días, aquí en España, le ha tocado a la familia Bosé, más concretamente a uno de sus miembros, Miguel Bosé.
Desde tuits inoportunos, cuestionando la forma de despedirse de un ser querido, Bimba Bosé, su sobrina, hasta otros abiertamente publicados con la intención de hacer daño. Soeces, crueles, y todo aquello que se nos pueda ocurrir como calificativo.
Estos hechos y muchos otros, con ser muy graves, no deben apartarnos de un camino que, al menos para mi, está bastante claro. El ser humano, cuando nace, es generoso y bueno. Y así se ha cansado de demostrar la psicología científica. Que también ha mostrado como, mediante manipulación, inducción o miedo, somos capaces de infringir los mayores daños a nuestros semejantes.
Animo a quien quiera entender lo que les propongo a leer al profesor Phillip Zimbardo, y su libro El Efecto Lucifer: el porqué de la maldad, en el que podremos comprender como el ser humano llega a hacer cosas inimaginables. Una explicación científica que no supone una aceptación de insultos, vejaciones, maltratos o guerras, pero que si puede ayudar a intentar prevenirlos.