Mañana toca, para muchos de nosotros, volver a despertarnos temprano.
Jueves 1 de Septiembre. 6 de la mañana. Suena la alarma del despertador. ¿Te levantas de inmediato o le das al botón y te quedas en la cama «cinco minutos más»?
Si perteneces al segundo grupo, tienes más motivos de los que tal vez te imaginas para empezar a romper el hábito. Según una encuesta llevada a cabo en Reino Unido por un equipo del programa Body Positive,de la BBC, un 46% de los consultados no se levanta cuando suena la alarma y prefiere quedarse en la cama, posponiendo la alarma, a menudo, varias veces. Y eso nos ocurre a muchos de nosotros en otras partes del mundo. ¿Por qué lo hacemos? Unos dicen que les resulta menos duro afrontar el despertar de esta manera, mientras que otros encuentran placentero «alargar» esos minutos de descanso.
Pero, según el Dr J. Santos, presidente de la Sociedad Española de Sueño (SES), la clave está en «la falta de sueño» que sufre gran parte de la sociedad.
Entonces, ¿es perjudicial posponer la alarma? ¿Cómo nos afecta?
BBC Mundo consultó a varios expertos en medicina del sueño para dar con la respuesta.
Ciclos interrumpidos
Aunque puedas pensar que retrasar la alarma del despertador hará que finalice tu ciclo natural del sueño y te despiertes descansado, eso no es exactamente lo que sucede.
Nuestro cuerpo tiene ciclos de sueño que se ven afectados por la luz y por otros factores.
Al contrario: cuando activas el botón de posponer, tu cerebro comienza de nuevo su ciclo de sueño. Y cuando despiertas, varios minutos más tarde, a menudo te sientes todavía más cansado que cuando lo hiciste la primera vez.
Aquí es cuando entran en juego los «mecanismos químicos» que tiene nuestro cuerpo no sólo para ponernos a dormir, sino también para despertarnos; aumenta la temperatura corporal, el sueño se vuelve más ligero y se liberan algunas hormonas, que nos proporcionan energía para empezar el día.
Según el doctor Terán, no existe «una respuesta científica absoluta» sobre los posibles efectos adversos de posponer la alarma del despertador.
«Sin embargo, hay un cierto nivel de conocimiento en base a las observaciones que se han hecho sobre los ritmos biológicos del sueño«, señala este experto.
«El hecho de utilizar un despertador cada mañana ‘corta’ abruptamente el sueño y no es lo más recomendable«, comenta a BBC Mundo el doctor Joaquín Segarra, neuropsicólogo y experto en medicina del sueño, que además señala «el hecho de utilizar un despertador cada mañana ‘corta’ abruptamente el sueño y no es lo más recomendable«.»Si además lo hacemos varias veces de forma repetida empeoramos la situación«, agrega este experto.
Lo ideal es despertarse espontáneamente, en respuesta al estímulo lumínico.
Lo mejor sería despertarse espontáneamente o que nuestro despertador imite el efecto de la luz.
Cuando apagamos la alarma, nuestro cerebro comienza de nuevo su ciclo de sueño. Y cuando la apagamos por segunda vez, es probable que ya estemos en una etapa más profunda, de manera que no se activan por completo los mecanismos de vigilia y esa somnolencia o aturdimiento se prolonga.
También es importante destacar que «aunque retrasar la alarma del despertador no sea beneficioso, no significa realmente que provoque problemas a nuestra salud», comenta Segarra.
«El mensaje que debería trasmitirse es que no es la forma ideal de empezar el día, ya que nuestro cuerpo organiza los ritmos circadianos de sueño y vigilia de forma gradual, nunca de forma brusca«, advierte este especialista.
El doctor Terán señala la importancia de tener «una buena higiene de sueño«. Y advierte que «lo ideal es despertarse espontáneamente, en respuesta al estímulo lumínico; el ciclo de luz y oscuridad”. Es fundamental tener en cuenta el ritmo circadiano por el que se rige nuestro cuerpo. Pero también la «presión de la vigilia«, que se da desde que nos despertamos y que aumenta a lo largo del día.
«Si rompemos ese ritmo o alteramos la presión aparecen problemas ligados a la falta de sueño«, comenta el Dr. Terán.
Los ritmos de sueño ayudan: es aconsejable tener una rutina de sueño regular que ayude a los ciclos de nuestro organismo. «Lo ideal seria despertarnos con una luz-despertador que fuera incrementando progresivamente la intensidad, imitando el amanecer«, nos cuenta el doctor Segarra.
Y es que al cuerpo le gusta la predictibilidad y las rutinas.
Por eso sería mejor que nos despertásemos a la misma hora cada mañana, incluyendo los fines de semana para que el cuerpo se acostumbre a mantener un ritmo de sueño.
Aunque nos sintamos cansados por la mañana, debemos tratar de resistir la tentación de posponer la alarma. Puede que esos «cinco minutos más» nos pasen factura más adelante.
Adaptado de BBC Mundo
Genial! Me resulta de mucha ayuda. Gracias!
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