No hace falta renunciar al pasado al entrar en el porvenir. Al cambiar las cosas no es necesario perderlas.
John Cage
Oímos por todos lados la importancia de “vivir en el presente”. De centrarnos en el “aquí y ahora”. Se ha convertido en un mantra que todo el mundo repite y casi nadie comprende. Y menos practica.
Vivir en el presente, no siginifica olvidar el pasado. Es nuestra historia, como hemos llegado hasta aquí. Y, aunque pueda ser difícil de entender, con lo bueno y con lo malo. Nos ha servido para saber con quienes contamos; y con quienes no. En que situaciones mejor no volverse a meter; al menos conscientemente. O quienes, habiendo prometido estar, cuando las cosas se pusieron complicadas, no estaban.
El pasado, en resumen, es aprendizaje. Pero no nos equivoquemos. No solo conocimiento. También construye nuestra linaje emocional. Lo que adquiere siginificado durante nuestra evolución como persona. Y que, cuando las identificamos de nuevo en nuestro presente, nos rememoran sonrisas, escalofríos o lagrímas de emoción.
Por eso, y más que nunca, vivir el presente no será posible sin una consciencia clara de nuestro pasado personal y colectivo. Ahí es donde nacimos, donde crecimos y donde hay recuerdos imborrables, buenos y malos, que nos han traído hasta aquí.
Otra cosa es que estemos estancados en él. Que no sepamos dejar ir lo que se fue y quedarnos con su memoria, especialmente las buenas. Que no entendamos que el cambio es inevitable y que, quien viene detrás, deberá cometer sus propios errores, por muy parecidos que nos parezcan a los nuestros. Están en su derecho.
Importante es, como diría el Maestro Jedi Yoda, que sepamos integrar nuestra historia en nuestra vida. Nuestras vivencias como personas y como sociedad en el presente. Que recordemos que muchos errores de pasado, se parecen a errores que estamos cometiendo en este presente. Que no es la primera vez que argumentos justificaron barbaries. Y que aprendamos de ello.
El presente no puede vivir sin el pasado. Se caería. Es lo que lo sostiene. Por esto, es tan importante, saber vivir el ahora, como saber recordar el ayer.